Esteban Alfaro
“Ilustrar un cuento infantil es un trabajo raro, muy específico; que se empieza a disfrutar cuando uno consigue sacudirse algún miedo; cuando logra arrogarse cierta inocencia y se pone a producir… desinteresadamente. Como un chico. Evocar algo de esa libertad, de esa idoneidad para comunicar la experiencia subjetiva de las cosas.” Datos biográficos y galería de obras de este ilustrador argentino. Además, un texto escrito para Imaginaria sobre su forma de trabajar.
Informe preparado por César Da Col
Fotografía de Isabel Forcato
“Un libro o un dibujo, creo yo, tienen que estar alerta y mirar el mundo, en ningún caso estar preocupándose por si luce bien o no. La belleza, en todo caso, será un efecto colateral, bienvenido pero secundario.”
Esteban Alfaro nació el 10 de junio de 1976 en Ramos Mejía; actualmente vive y trabaja como ilustrador en la ciudad de Buenos Aires. Es egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes Rogelio Yrurtia, y también realizó estudios de Arte Dramático, Cine y Animación. Participó en el seminario de construcción de libros-álbum dictado por Istvan, y continuó profundizando su formación en el taller de la ilustradora Claudia Legnazzi. Es miembro del Foro de Ilustradores/Argentina y de A.D.A.
Su primer contacto con la ilustración fue de niño, a través de los “Musicuentos” de Viscontea, una colección de cuentos clásicos adaptados como piezas de radioteatro: “Cada fascículo —recuerda Alfaro— venía acompañado de un disco de vinilo con diálogos y canciones. Eran libros lujosos, y estaban ilustrados con mucha pompa y mucho fasto. Yo me había aprendido el nombre de cada ilustrador (todos italianos de seudónimos de dos sílabas) y había elegido a mis favoritos. El que más me gustaba entonces era Ferri. El que más me gusta hoy, es Una. Había un ilustrador que no me convencía mucho, se llamaba Sergio. Me lamentaba, porque siempre le tocaban los cuentos mas lindos. Después me enganché con alguna de las reediciones de ‘Los cuentos de Polidoro’, del Centro Editor de América Latina. Me fascinaban las ilustraciones de Oscar Grillo, Ayax Barnes, Agi… Creo que todo ese bagaje está presente ahora, cuando trabajo. Eso y la obra de algunos animadores: Hayao Miyazaki, Jiri Trnka…”
Alfaro realizó trabajos para libros de las editoriales Aique, Atlántida, Calibroscopio, Tinta Fresca y Santillana (de Estados Unidos). Participó en la exposición «Formas de pensar», realizada en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), en 2004 y de las últimas muestras colectivas del Foro de Ilustradores en la Feria del Libro Infantil de Buenos Aires.
Por sus ilustraciones para el libro Las doce princesas bailarinas, de los hermanos Grimm (Buenos Aires, Calibroscopio Ediciones, 2009), Alfaro fue seleccionado por sus colegas —junto a otros catorce ilustradores— para representar a Argentina en la Bienal de Bratislava 2009.
En la actualidad, se encuentra dedicado a una creación propia: “Hace algún tiempo retomé un proyecto personal, un libro-álbum —nos comenta—. El primer borrador lo escribí hará cuatro años. En aquel entonces era una novela corta y hoy quedan… nada; un puñado de frases. Lo estoy terminando de armar.”
Para ver más de sus trabajos hay que visitar su blog: http://alfaroesteban.blogspot.com/. Y para contactarse con él, hay que escribir a contacto@estebanalfaro.com.
¿Qué es para mí ilustrar?
Ilustrar un cuento infantil es un trabajo raro, muy específico; que se empieza a disfrutar cuando uno consigue sacudirse algún miedo. El miedo se puede manifestar de muchas formas. Un ejemplo que se me ocurre ahora es el del virtuosismo. Ahí se esconde un tipo de miedo. El artista que despliega todas y cada una de sus habilidades página a página, que se pone virtuoso, tiene mucho miedo de que con su verdad no alcance. Que la simple verdad de su lectura resulte un poco pobre. Así que, como primera medida, toma esa pequeña cosa que es cierta y la aplasta bajo una montaña de ornamentos, afeites y firuletes.
Yo creo que los mejores resultados aparecen cuando uno no teme tanto todo; cuando logra arrogarse cierta inocencia y se pone a producir… desinteresadamente. Como un chico. No digo, con esto, imitar a un nene dibujando, aunque a veces resulte muy divertido (¡y difícil!). Pero sí evocar algo de esa libertad, de esa idoneidad para comunicar la experiencia subjetiva de las cosas. Eso es lo que los chicos hacen tan bien cuando dibujan. Expresan su experiencia del mundo sin ningún pudor. Si tienen una madre muy imponente en el dibujo es enorme, más grande que el árbol y la casa. Si todo lo contrario, es chiquita o desaparece; lo mismo el papá, y los hermanos y la escuela y el barrio y el mundo. Pasan los años y eso se pierde, uno adopta formas mas civilizadas de representación, imita al arte que imita al mundo; nos volvemos apacibles y descriptivos.
Todos los que nos dedicamos a alguna forma del arte, a descular un lenguaje con vistas a comunicar alguna cosa, más tarde o más temprano empezamos a lamentar haber perdido aquella naturalidad para expresarnos. Pero, bueno. Perdemos algo y ganamos algo. Está bueno crecer. Es más, creo que para ilustrar libros para niños, es una condición muy importante ser un adulto. Un adulto que puede sacudirse algún miedo. Que puede resignar cierta idea de la belleza. Creo que fue Marguerite Duras la que dijo: “La belleza no hace nada, no mira. Es mirada.”
Un libro o un dibujo, creo yo, tienen que estar alerta y mirar el mundo, en ningún caso estar preocupándose por si luce bien o no. La belleza, en todo caso, será un efecto colateral, bienvenido pero secundario.
Ilustración para el libro Paisaje secreto, de Silvia Schujer (Buenos Aires, La Valijita Billiken-Atlántida, 2008).
Así trabajo
Acá hay algo de la cocina de mi trabajo. Son dos bocetos y una ilustración terminada de Las doce princesas bailarinas, de los hermanos Grimm, con adaptación de Ruth Kaufman, que realicé para Calibroscopio Ediciones. Todo el relato nos va llevando a este momento, la escena del baile. Me preocupaba mucho esta escena. Pensaba un poco en la Danza de los vampiros de Polanski. Cuando finalmente me puse a dibujarla, mi primer impulso fue que (después de un montón de ilustraciones llenas de pompa y circunstancia), en el baile, las princesas y el libro perdieran la compostura. Como se ve en el boceto a color.
Pero se pagaba un precio muy alto, porque entonces el libro se quedaba sin secreto. Las historias con un misterio son atractivas hasta que el misterio se revela; ahí nos damos cuenta de que fuimos manipulados, que asistimos a una manera curiosa de organizar la información, nada más.
Mis historias de misterio favoritas son aquellas en donde no se llega a una explicación satisfactoria de las cosas. Como Picnic en las Rocas Colgantes, de Peter Weir, una película extraordinaria… En Las doce princesas bailarinas el soldado tiene el privilegio de poder mirar sin ser visto. Pero las personas que creen no estar siendo observadas, por lo general, se comportan de una manera muy extraña. Generan más preguntas que respuestas. Aunque el soldado pueda ver qué y cómo nunca va a saber por qué. Por eso era importante sostener la pompa y la distancia, incluso en esta escena. Así es el misterio; aunque se resuelva, en parte, sigue.
Obras de Esteban Alfaro
Ilustraciones para el libro Las doce princesas bailarinas, de Jacob y Wilhelm Grimm, adaptación de Ruth Kaufman (Buenos Aires, Calibroscopio Ediciones, 2009):
Ilustraciones para el libro Todos los ogros, de Cecilia Pisos (Buenos Aires, Editorial Atlántida, 2008):
27/1/10 a las 23:39
Buenísimo Esteban, qué bueno es saber acerca de tus procesos de trabajo… «sacudirse los miedos», es lo que intento hacer ante cada nuevo proyecto… Un abrazo!
28/1/10 a las 9:02
hola esteban. buenísimo leerte, en palabras e imágenes, unas y otras invitan a poner en marcha el coco!! besos
28/1/10 a las 9:32
Esteban, sos un genio! No sólo como ilustrador sino como escritor! Extraño mucho tu peculiar sentido del humor, a ver cuándo te das una vuelta por Cracovia. Abrazo
28/1/10 a las 11:22
Como me gusta tu laburo y tu manera de encararlo. El miedo es un gran enemigo a la hora de crear,yo lucho aún con él.
Por muchos libros más!
Un beso
8/2/10 a las 22:06
Un placer leerte en esta nota Esteban, cuanta verdad contas, eso del miedo es así. Lo describiste perfectamente.
Un gran abrazo y felicitaciones
2/4/10 a las 11:37
Me gusto mucho tu pagina, tus dibujos (aunque algo ya conocia)Lo que no concia eran estas notas, muy interesante lo que decis y como logras expresarlo.
7/8/11 a las 13:01
Poeta de la imagen. Mago del color. Creador de lo no creado en la palabra. Pones ante los ojos del lector, los más maravillosos: paisajes, animales y personajes de la creación.
eso es tu obra amigo. Salud,amor y felicidad para ti.