22 | AUTORES | 5 de abril de 2000

Portada de "El monstruo de la oscuridad"Uri Orlev

 

Fragmentos de una entrevista:
Uri Orlev: un soldado de papel

Reproducimos un fragmento de la entrevista realizada por Maite Ricart para la revista CLIJ, durante la visita de Uri Orlev a Barcelona (España) en septiembre de 1999:

La II Guerra Mundial, la persecución de los judíos por parte de los nazis son temas recurrentes en sus novelas. ¿Cree que es importante que las nuevas generaciones no olviden estos hechos históricos?

—No escribo libros históricos. Cuando era niño leía muchos libros y estaba celoso de los héroes de esas novelas porque a ellos les sucedían muchas cosas en su vida y a mí no. Cosas terribles, emocionantes, peligrosas, excitantes. En todos los libros había guerras, conflictos...

Luego, estalló la guerra y mi vida cotidiana, aburrida, cambió. Recuerdo que en Varsovia todo ardía a causa de ls bombas, y yo y mi familia corríamos por las calles intentando salvarnos. Y, de repente, comprendí que a mí también me estaba sucediendo una aventura, así que durante la guerra me sentí como un héroe de novela. Ésa es la infancia que me tocó vivir, no la escogí, y aparece en mis libros porque entonces me sucedieron cosas terribles, excitantes, emocionantes... Pero nadie va a encontrar en mis obras mensajes, o sentidos ocultos. Son aventuras.

Y siempre hablo de ese período como si fuera un niño, no como adulto, porque sé que hacerlo sería como andar por encima de un lago helado y querer dar un salto —que sería la metáfora de escribir como adulto para adultos, explicando lo que ocurrió entonces—, y lo más seguro es que el hielo se rompiera y me hundiese en el agua helada. Y no sé si podría volver a la superficie.

—Usted empezó escribiendo paa adultos y lo dejó. También de niño, a los 11 años, escribía poesía, género que no ha vuelto a cultivar. ¿Cuáles son las causas de estos cambios?

—Empecé a escribir poesía en el campo de Bergen-Belsen, y leía mis poemas a quien quisiera escucharlos. Lo dejé porque eso hacen los niños. Durante un tiempo te dedicas a algo y luego lo dejas. Muchos años más tarde, ya de adulto, intenté escribir poemas en hebreo, pero eran muy malos. Supongo que perder mi lengua materna tiene algo que ver con esa incapacidad para la poesía.

Por otro lado, prefiero escribir para niños y jóvenes que para adultos. El porqué, no lo sé. El hecho es que mi capacidad para contar historias tira más en este sentido, quizá porque los oyentes, los destinatarios naturales de historias, son los niños y jóvenes.

—¿Cómo surgió la oportunidad de escribir literatura infantil y juvenil?

—Cuando salió publicado mi primer libro, Soldados de plomo, que iba dirigido a un público adulto, pero que luego se editó en algunos países en colecciones juveniles, un periodista escribió en una revista que yo podría resultar un buen escritor de LIJ. He pensado alguna vez en llamarlo y decirle cuánta razón tenía, pero mi primer relato para niños surgió de manera curiosa. Yo escribía radiodramas, y un día se convocó un concurso, me presenté y lo gané. Era la historia de un niño que se hacía amigo del monstruo que lo acechaba en la oscuridad. Yo de niño, en el gueto, tenía más miedo de la oscurirdad, de los fantasmas, que de los guardias alemanes. Recibí muchas cartas de niños sobre este relato radiofónico, y decidí convertirlo en un libro, El monstruo de la oscuridad, publicado en España por SM en 1997, con gran éxito,según me han dicho. Se han vendido 80.000 ejemplares, que está muy bien.

Bueno, y luego también creo que en mi dedicación a la LIJ tuvo algo que ver mi situación familiar de aquel momento. Me había casado en segundas nupcias y llegaron los hijos.

(De la revista CLIJ, Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil, N° 120; Barcelona, octubre de 1999.)


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