El colectivo fantasma y otros cuentos del cementerio
Ricardo
Mariño
Ilustraciones de Rodrigo Folgueira.
Buenos Aires, Editorial Atlántida, 2005.
Si bien hay muchas rutas de acceso que llevan a destino, El colectivo fantasma y otros cuentos del cementerio no podría haber tomado un camino mejor para ingresar a la última morada.
La elocuencia de sus paratextos —un acierto editorial— hacen de esta obra de Ricardo Mariño un libro de géneros y textos múltiples. Desde su estructura hasta su contenido responde con coherencia al humor negro, tan negro como el fondo elegido para el diseño de tapa. Y si de la tapa hablamos, acorde con su tema, la imagen de un ataúd visto de frente sobre un cúmulo de calaveras, anticipa al lector el ocurrente recorrido escatológico que realizará este colectivo.
Abriendo el libro, el punto de partida está en las guardas y portadilla, con una galería de nichos en cuyas tumbas se leen epitafios escritos en verso: "Quería ser delgada / Evangelina Leto. / Ahora yace aquí / hecha un esqueleto." o "Como muerta de sueño / yace Natalia Marano / en este ataúd de ensueño. / Esta bonita pieza / fue su último diseño." Así, tanto personajes reales como imaginarios (Natalia Marano, por ejemplo, es la diseñadora del libro) participan de este juego de rimas, que compone la semblanza del difunto con un remate jocoso.
A través del humor irreverente que lo caracteriza, Ricardo Mariño subvierte la seriedad de la temática y les propone a los chicos "hablar de la muerte", de la que se burla en todos los relatos de la serie. De este modo, El colectivo fantasma... nos conduce a un mundo de espectros y aparecidos, propio de los mitos y leyendas urbanas. Nuestra ciudad está poblada de historias misteriosas que circulan en los barrios por tradición oral, sin desdeñar las creencias en fantasmas. Cabe mencionar el caso de Felicitas Guerrero, cuya visión —según los vecinos de Barracas— suele posarse sobre las torres de la iglesia; o "la dama de blanco", que muchos aseguran haber reconocido a la entrada del cementerio de la Recoleta; o la joven de miriñaque y peinetón, que deambula por los jardines del Museo Fernández Blanco. Quizá porque en cada persona existe la necesidad de una construcción simbólica el autor haya recreado algunas de las historias de fantasmas que sobrevuelan Buenos Aires y forman parte del imaginario popular.
Inicia la serie "El colectivo fantasma" —cuento que le da título al libro—, cuya carátula repite la ilustración de tapa, al igual que en el resto de los cuentos. Aquí, Tomás Bondi, colectivero de profesión, víctima de su melancolía, huye de la tumba en busca de su vehículo amado. Después de limpiarlo y ponerlo en marcha, recorre las calles de la ciudad a bordo de su colectivo, suscitando diversas reacciones entre los pasajeros. Lo sorprendente es que este colectivo real también terminará convirtiéndose en un medio de transporte fantasma. Sigue la lista "El chat de los muertos (o la muerta más linda)", recurso al que apela la comunidad del camposanto para que un joven desconsolado reanude con su novia la comunicación interrumpida, al mejor estilo de un espiritismo cibernético. La historia de Hamlet actúa como intertexto en "El fantasma del rey", narración que impacta en los muertos de tal modo, que los induce a reclamarles a sus deudos todas las cuentas pendientes. En "Los héctores", el encargado del cementerio, el sepulturero y el florista (que tienen el mismo nombre) se empeñan en aplacar la ira del espectro de una maestra y directora de escuela, que recorre lápidas y negocios del barrio, a fin de corregir errores de ortografía. Y finalmente "Returning", donde se cuentan las desventuras de un poderoso déspota, que va de sucesivas muertes a resurrecciones, escapando de los fantasmas de los que había explotado en vida. La crítica social deviene aquí en humorada.
Al término del viaje, dos necrológicas, a manera de epílogo, ponen fin al conjunto de relatos. Están dedicadas al autor y al ilustrador, quienes —desde sendos sepulcros rubricados con quintillas funerarias— son evocados en tono de parodia. Entre sus estrategias humorísticas, Mariño emplea la anticipación y el absurdo para crear cada una de las biografías.
Luego del paseo por la necrópolis, El colectivo... se detiene ante un nuevo mosaico de difuntos, con epitafios tan graciosos como los del comienzo.
La creatividad de Rodrigo Folgueira hace de cada ilustración un texto independiente. Castillos, tormentas eléctricas, criptas y lúgubres pasadizos, la noche, los espectros y la necrofilia, configuran este escenario gótico que no apela al terror, sino a la comicidad y al disparate.
Lo fantástico, la ciencia ficción y el humor satírico se ensamblan en el libro, constituyendo una acabada trama ficcional. Al igual que un sarcófago, este colectivo encierra historias tan desopilantes, que se pueden reír hasta los muertos.
Recomendado a partir de los 9 años.
Claudia Sánchez
Nota de Imaginaria:
En la sección "Ficciones" de Imaginaria, publicamos "El colectivo fantasma", cuento que le da el título a este libro.
Claudia Sánchez (claudiahsanchez@fibertel.com.ar) es Profesora en Letras, egresada de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Se especilizó en Literatura Infantil y Juvenil y se capacitó en Coordinación de Talleres de Lectura y Escritura para adolescentes y adultos. Coordinó talleres de escritura para niños a través de editoriales y dictó seminarios de capacitación docente en el nivel terciario. Desde 1992 hasta 1995 colaboró en la sección "Libritos" del suplemento cultural del diario El Cronista, en crítica de libros para niños y jóvenes. También realizó colaboraciones para la revista Ludo del Instituto SUMMA y publicó cuentos en antologías.
Actualmente se desempeña como profesora de Lengua y Literatura, y Literatura Hispanoamericana y Argentina en el nivel secundario y es redactora de la revista Buzz, Marketing & Comunicación (especializada en publicidad y medios).
Es vicepresidenta de ALIJA (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de Argentina).
Es autora de Re-Divertido con Letras (selección de cuentos y propuestas de taller interdisciplinario para el tercer nivel) (Buenos Aires, La Colmena), y de varios libros de ficción para niños y adolescentes: El cuidador de pájaros y otras leyendas (Buenos Aires, El Ateneo), La isla del sol (México, Editora del Gobierno del Estado de Veracruz), Días de margaritas —novela recomendada por el Jurado del Concurso Internacional de Literatura Infantil "Julio C. Coba"— (Quito, Ecuador, Libresa) y Un mar para Crispín, (Córdoba, Argentina, Editorial ComunicArte).
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