31 | AUTORES/FICCIONES | 9 de agosto de 2000

Portada de "Las cosas que odio y otras exageraciones"Ana María Shua

Tres poemas de "Las cosas que odio y otras exageraciones"

(Poesías extraídas, con autorización de la autora y editores, del libro Las cosas que odio - Buenos Aires, Editorial Alfaguara, 1998. Colección Infantil)

La pequeña Analía García

La pequeña Analía García,
caminando distraída, sin pensar,
pisó un chicle por Pampa y la vía
y ya nunca se pudo despegar.
Pasaron las horas y los días.
Sus padres le llevaban de comer.
Pasaron las semanas y los meses.
Analía empezaba a crecer.
Terminó la primaria en calle.
Las maestras la ayudaban a estudiar.
Analía era linda y los muchachos
le decían piropos al pasar.
Tuvo un novio que allí la visitaba.
Se casó, pero no se despegaba.
Pasaron los meses y los años:
Analía empezaba a envejecer.
Andaría por los ochenta y pico,
cuando un nieto fue a verla con su hijo,
y el bisnieto, simpático, le dijo
después de mirarla un largo rato:
"Si querías despegarte, bisabuela,
¿por qué no te sacaste los zapatos?"

Me encantan los dentistas

Yo tengo una amiga con más dientes
de los que usa la mayoría de la gente.

Tenemos muchas cosas en común:
nos gusta la ensalada con atún,
los domingos canjeamos revistas,
y a las dos nos encantan los dentistas.

Mi amiga es tan prolija y obediente
que jamás se comería un caramelo
por cuidar de sus muelas y sus dientes.
En su vida probó una golosina
porque sabe que el azúcar es dañina.
Y siempre se limpia con hilo dental
para que nada le vaya a hacer mal.

Pero a veces su mamá la reta un poco:
"Diana Laura, perdoname que insista:
aunque luego te cepilles bien a fondo,
no está bien que te comas al dentista.
¿Por qué no te portás como tu amiga,
que es ejemplo de buena educación?
Aunque vea un odontólogo sabroso
se conforma con darle un mordiscón".

Odio viajar en auto

Viajar en auto es bobo,
no es nada divertido,
y de tan aburrido
es casi parecido
a no poder dormir:
¡yo quiero haber llegado
pero no quiero ir!
No quiero contar autos
como ovejitas blancas
que saltan una cerca
que pasan, que pasamos
que van para otro lado,
no quiero ver las torres
de la electricidad
volando tan veloces
que no alcanzo a contar.
Y mi hermanito llora,
papá siempre se enoja,
mamá nos grita basta,
y siento olor a nafta
y quiero irme a mi casa.

Si miro a la distancia
parece que la ruta
está toda mojada.
Mamá dice "Qué lindo,
eso es un espejismo".
A mí me da lo mismo:
ni me parece lindo
ni me parece bello
para ver espejismos
en vez de andar en auto
prefiero ir en camello.


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