Charles Schulz
- Datos biográficos: Un chico llamado Charles Schulz
- Opiniones: Eres un buen hombre, Charlie Schulz
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Opiniones: Eres un buen hombre, Charlie Schulz
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Richard Marschall, especialista y editor norteamericano de cómics (en Historia de los cómics, de Javier Coma. Barcelona, Toutain Editor, 1982):
Hablaré de una de las series de más éxito de la historia, una serie que (...) debido a la gran aceptación que ha recibido, es una de las más populares entre todos los géneros. Peanuts, de Charles Schulz, puede, por lo tanto considerarse superficialmente como una serie que trata de unos niños de un barrio y de su perro. Pero, huelga decirlo, en realidad ha sido una incursión ontológica en la metafísica, la filosofía y a veces la religión. Las pretensiones de algunos de los miembros del reparto (especialmente de Snoopy), la sensación de fatalidad que impregna toda la serie (caso de Charlie Brown, especialemte en los primeros años de su publicación, cuando nada le salía bien) y todas las actitudes intermedias (Linus es neurótico; Lucy, autoritaria) hacen de la serie una exposición, no sólo de la sociedad del siglo XX, sino también de la condición humana.
Rius (Eduardo del Río), dibujante de humor y escritor mexicano (en su libro La vida de Cuadritos. Guía incompleta de la historieta. México, Grijalbo, 1984):
Peanuts tuvo desde sus inicios un éxito inmenso, porque fue una historieta diferente a todo lo publicado, que igual entendía un adulto que un niño, y sobre todo, que reflejaba la realidad con humor e ironía, muy distinto al humor chabacano y violento empleado en las llamadas "tiras cómicas" ya en decadencia.
Umberto Eco (Texto de presentación de la primera edición de Mafalda en italiano, en 1969) (En El mundo de Mafalda, libro de elaboración colectiva, coordinada por Marcelo Ravoni. Barcelona, Lumen-Sociedad Estatal Quinto Centenario, 1992):
Mafalda no es sólo un nuevo personaje de historietas: es tal vez el personaje de los 70. Si para definirlo se ha usado el adjetivo "contestataria" no ha sido por uniformarse a la moda del anticonformismo a toda costa: Mafalda es de verdad una heroína "iracunda" que rechaza el mundo tal cual es. Para comprenderla, conviene trazar un paralelo con otro gran personaje a cuya influencia no es ajena: Charlie Brown. Charlie Brown es norteamericano, Mafalda sudamericana. Charlie Brown pertenece a un país próspero, a una sociedad opulenta en la que trata desesperadamente de integrarse mendigando solidaridad y felicidad; Mafalda pertenece a un país denso de contrastes sociales, que a pesar de todo querría integrarla y hacerla feliz, pero ella se niega y rechaza todas las propuestas. Charlie Brown vive en un universo infantil propio, del cual están rigurosamente excluidos los adultos (con la salvedad de que los niños aspiran a comportarse como adultos); Mafalda vive en permanente confrontación dialéctica con el mundo adulto, mundo al cual no estima, no respeta, es hostil, humilla y rechaza, reivindicando su derecho a seguir siendo una niña que no quiere hacerse cargo de un universo adulterado por los padres. Charlie Brown evidentemente ha leído a los revisionistas freudianos y anda en busca de una armonía perdida; Mafalda, con toda probabilidad, habrá leído al Che.
El suplemento Radar del diario Página/12 de Buenos Aires, en su edición del domingo 9 de enero de 2000, publicó una nota de homenaje a Charles Schulz y a su tira Peanuts (cuya versión original se encuentra aquí). Reproducimos algunas de las opiniones de críticos, autores y editores que allí se incluían:
Quino, dibujante argentino, autor de Mafalda.
Tengo que considerarlo mi papá directo, porque yo no hubiera podido hacer Mafalda sin haber leído esa maravilla que fue Peanuts. Pero tengo que confesar que, por las mismas razones por las cuales dejé de hacer Mafalda, en algún momento Peanuts me cansó. Hace quince años que no podía leerla más. Pero cuando apareció fue algo totalmente nuevo. Hasta ese momento, yo estaba acostumbrado a las tiras en las que los personajes tenían una sola característica. Como Don Fulgencio, que era un tipo que no tuvo infancia y su humor giraba sólo sobre eso. O Avivato, que era un aprovechador bárbaro tira tras tira. Peanuts, en cambio, trajo una serie de personajes con características muy humanas, y un universo propio.
Jim Davis, dibujante norteamericano, autor de Garfield:
Mi corazón se saltea un latido cada vez que veo a Charles Schulz. Fue una de las más grandes influencias de mi carrera, de cómo debe ser una tira diaria, de cómo debe ser un historietista. Me enseñó el poder de lo sencillo. La pureza de su línea y su palabra lleva una historia a casa de la manera más efectiva posible dentro de este medio. Peanuts no tiene aditivos artificiales. No utiliza anzuelos ni espejitos de colores. Es sencillamente entretenimiento puro y sin adulterar.
Al Jafee, humorista norteamericano, guionista de la revista Mad.
Durante medio siglo, el trabajo de Charles Schulz ha entretenido a millones de lectores con su humor generoso y perceptible. Los personajes de Peanuts no sólo son tesoros nacionales sino también tesoros del mundo. Y si esos ufólogos en Rosswell son de fiar, Schulz y sus deliciosas creaciones probablemente sean también tesoros intergalácticos a esta altura. Para mí, Schulz representa lo mejor que uno puede ser en esta profesión. Mientras los dibujantes y los sindicatos pasan un mal rato tratando de adivinar qué es lo que la gente quiere, Schulz simplemente sigue haciendo lo que mejor sabe hacer y el público nunca se cansa, siempre le pide más.
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