Lucas Nine
«En cuanto a la ilustración en sí, la imagino como el complemento visual, concreto, de una idea abstracta.» Ofrecemos datos biográficos, método de trabajo y una galería de obras del dibujante, ilustrador, historietista y animador argentino, además de su visión sobre qué es ilustrar.
Informe preparado por César Da Col
«En cuanto a la ilustración en sí, la imagino como el complemento visual, concreto, de una idea abstracta.»
Lucas Nine nació el 13 de enero de 1975 en San Isidro, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Es dibujante, ilustrador, historietista y animador. Estudió en un Magisterio en Bellas Artes (egresando en 1992) y cursó Realización Cinematográfica en la Escuela de Cine de Avellaneda. Como miembro activo de la Asociación de Dibujantes de Argentina (ADA), co-dirige con Rodolfo Fucile la revista Sacapuntas, publicación digital de la entidad.
Sobre los primeros acercamientos a lo que sería su profesión, el artista nos cuenta: «La lista es larga, contradictoria, y cambia de tanto en tanto (porque yo puedo haber admirado a varios artistas de chico, pero desde el recuerdo le he cambiado el sentido a esa admiración más de una vez). Sí recuerdo que me interesé más por el trabajo de gente que venía de la pintura, el dibujo, el grabado, la historieta, la animación y que generaba obras autónomas. Alguien que no tiene mucho que ver con la ilustración en particular pero sí con un poco de todo en general -y que no está de más recordar- es Víctor Iturralde. (*)
Lucas Nine publicó sus trabajos en diversas revistas argentinas –Fierro, Lápiz Japonés, ¡Suélteme!, El Tripero, Billiken, La mujer de mi vida, Caras y Caretas, entre otras- y extranjeras (Brasil, México, España, Holanda y Francia). Participó con sus obras en la Feria del Libro Infantil de Bologna (Italia), el Festival de Historieta de Angouleme y el de animación de Annecy (ambos en Francia). Su libro Dingo Romero fue publicado en España (Ediciones De Ponent, 2004) y en Francia (Les Rêveurs, 2008). En el ámbito de la literatura infantil y juvenil, publicó en las editoriales Alfaguara, Puerto de Palos, Santillana, Richmond, Aique, Sudamericana, Longseller, Colihue, Norma y varias más.
Es autor del corto de animación Les Triolets, que fue proyectado en festivales de Buenos Aires, Francia e Italia; en el canal de cable TN de Buenos Aires, y en la televisión suiza.
En dos oportunidades, la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de Argentina lo distinguió con el premio «Destacados de ALIJA»: en 2004, en la categoría «Ilustración», por sus dibujos para el libro Cuentos para temblar de miedo de Elsa Bornemann (Editorial Alfaguara); y en 2006, en la categoría «Libro total (texto, ilustración y edición)», por las ilustraciones de La piedra de la paciencia, de Canela (Editorial Sudamericana).
Actualmente Nine se encuentra trabajando en varios proyectos personales: «Estoy puliendo una serie de historias cortas, historietas, con la idea de publicarlas en forma de libro, y trabajando en una peliculita de animación. También, en un par de meses saldrá -publicado por Ediciones del Eclipse- un libro mío llamado El Circo Criollo; es una serie de dibujos, apoyados por algún texto.»
Para contactarse con Lucas Nine, o ver más de sus trabajos, hay que visitar su web personal: www.lucasnine.com.ar.
(*) En la página web de la revista Criterio se publicó un artículo sobre la trayectoria de Víctor Iturralde ().
¿Qué es para mí ilustrar?
por Lucas Nine
Ilustrar es algo que varía de caso en caso. Los espacios son muy distintos y la palabra puede significar algo en un momento y otra cosa distinta un rato más tarde. Dejo afuera de «ilustrar» los trabajos míos donde el dibujo y el texto forman un sólo cuerpo, o donde muchas veces el texto resulta la ilustración del dibujo (como en el caso de El Circo Criollo, un libro mío que es más que nada un libro de imágenes). En este caso prefiero la palabra «dibujo», que es una cosa previa a la idea de ilustración. Pero en cuanto a la ilustración en sí, la imagino como el complemento visual, concreto, de una idea abstracta. Como ilustrador, un texto a ilustrar (un poema, un cuento, un artículo periodístico) me interesa sólo como idea general, como un carozo a partir del cual trabajar. En ese caso, mi ilustración ideal tendría que complementar la idea general que se desprende del texto, agregarle una dimensión de fondo, un clima particular o redondearla sumándole otra mía. Me parece pobre la ilustración que se limita a repetir literalmente lo que el texto ya dice, como una lista de ingredientes en una receta de cocina. Eso puede ser un problema cuando uno trabaja con jefes de arte o editores a los que le falta el talento o la intuición para entenderse con lo gráfico y que sólo se sienten seguros si el dibujante se limita a repetir uno y cada uno de los elementos ya descriptos por el texto. Por el otro lado, desde el costado del dibujante, también existe el peligro de tratar de construir una identidad propia (una marca de fábrica reconocible) demasiado pronto. El riesgo aquí es el de caer en la repetición de tics, el de reducir las posibilidades expresivas para cumplir con una serie de obligaciones estilísticas, terminar confundiendo pobreza con síntesis y no dejar lugar para que el texto sobre el que uno trabaja aporte alguna cosa al dibujo. Cuando encima las coartadas estilísticas coinciden con los últimos chiches de moda acá y allá, el resultado es todavía más pobre.
Así trabajo
por Lucas Nine
Mi técnica de trabajo varía tanto como lo que hago. En algún caso trabajo con dibujos mucho más «construidos» que otros (como ocurre en el caso de las historietas, o de dibujos donde necesito mayor precisión y control sobre las formas). A pesar de bocetar bastante y trabajar con originales hechos con pluma o pincel en tinta china, casi siempre termino editando lo dibujado en la computadora, sumando dibujos o modificándolos. Casi todo el color que he hecho como ilustrador es digital.
En el caso que voy a usar como ejemplo, no hay ni siquiera un boceto a lápiz. Es un afiche, donde el aspecto «lírico» (ustedes sabrán disculpar, pero de alguna manera tenía que llamarlo) era más importante que el dibujo neto. En primer lugar, hice un primer original del dibujo en pincel seco (que significa que el pincel debe cargarse con poca tinta, para aprovechar la dirección de la pincelada y la marca individual de los pelos). No me preocupé tanto por el dibujo en sí, sino por conseguir un balance general de las formas, las masas que componen el dibujo y que lo que se llama formas negativas (es decir, el espacio en blanco que rodea a las zonas dibujadas) fuera funcional a la idea y tan «dibujado» como el espacio trabajado con pincel. Reforcé luego el trabajo con un poco de pluma y unas bonitas manchas hechas con la palma de la mano (todo vale). Lo importante en esta parte del proceso es tener en claro a dónde uno quiere ir, y no perder de vista el punto. Querer ir a veinte lugares distintos es sinónimo de no ir a ninguna parte.
Después de esto, empecé a trabajar en otro papel el rostro de la figura principal (que no era más que un manchón, bastante fulero, en mi primer original). Casi siempre tengo que trabajar aparte este tipo de cosas, que se podrían llamar los puntos sensibles de la ilustración. Son los lugares donde se concentra la información, y que deben ser realizados con mucho cuidado para que una ilustración, a pesar de tener un aspecto plástico y «manchístico» se pueda leer como cualquier otra. El balance entre lo manchístico (lo casual, lo abstracto) y las partes más dibujadas (lo informativo, lo sensible) que nos permiten terminar de leer el dibujo es una cuestión bastante delicada que depende mucho de la intuición de cada uno. Lorenzo Mattotti o Alberto Breccia, por ejemplo, son especialistas en controlar este tipo de cosas.
Escaneados los trabajos y ya en la computadora, empecé a mezclar uno y otro, usando el sistema de «capas» o «layers» de un programa de edición de imágenes. Este es un proceso lento, y muchas veces tengo que volver al tablero de dibujo después de comprobar en la computadora que los dibujos hechos no funcionan bien, o que el montaje final de varias piezas dibujadas por separado falla o no tiene la naturalidad que esperaba.
Terminada la base pasé al color. Hice una máscara con colores planos, que va en un «layer» por encima del trabajo en blanco y negro. En este caso, agregué texturas pintadas a mano sobre esa capa de color. Por lo general, las texturas tienen que ver con el tratamiento del original (manchas, pinceladas). Este es un proceso que hago en la computadora, carcomiendo la base del color original un poco como la polilla se come nuestros pulóveres favoritos.
Y creo que eso es todo.
Obras de Lucas Nine
Ilustración para el libro Andanzas de Olegario, de Gabriela Chiocca (Buenos Aires, Grupo Editorial Norma, 2006).
Diseño de tapas para El Circo Criollo, de Lucas Nine (Buenos Aires, Ediciones del Eclipse, 2009).
Ilustración para la revista Superchicos (2008).
Ilustración inédita (2008).
Ilustración para la tapa del libro La mujer vampiro, de María Teresa Andruetto (Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2001).
Ilustraciones para el libro La piedra de la paciencia, con texto de Canela (Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2006).
Ilustración para el libro Los mapuches. El caballo de siete colores y otros relatos, de Nerio Tello (Buenos Aires, Ediciones Continente, 2009).
«Tango». Inédito.
«Vito Bugati». Historieta inédita.
22/4/09 a las 22:20
me gustaron mucho las ilustraciones y los conceptos que expresas.Mi hija esta estudiando Artes Visuales y le intereso mucho
23/4/09 a las 18:17
Me encantó, el artículo y las ilustraciones.
Nosotros organizamos un Seminario Internacional, cada año en octubre, que se llama «Cuando llueve, perros y gatos leen: encuentro en torno a la lectura y la literatura infantil juvenil, al sur del mundo».
Viene gente de Francia (Genevieve Patte), México (Elvira Charria), Colombia (Yolanda Reyes, Bernardo Yeppes), Brasil (Ana Lucía Campos), Argentina (Claudio Ledesma, Susana Allori y Cecilia Betolli, Gerardo Cirianni y este año Isol).
Nos gustaría mucho estar en contacto a ver si alguna vez nos visitas.
Saludos cordiales del sur de Chile…
1/5/09 a las 22:25
Excelente me encantaria por trabajar en mi escuela camarones escuela 16 pcia del chubut con elemento s digitales a traves de la comutadora soy profesora de plastica nivel inicial primaria y secundaria.muchos saludos y lo felicito por su trayecteria
19/9/09 a las 21:01
Conozco tus ilustraciones por las revista DESDE LA GENTE, me ecantan ahora te lo puedo decir casi personalmente: Sos un genio. Adriana
11/11/09 a las 18:59
[…] anuncia la presentación del libro Tormenta en el charco, de Celia Coido con ilustraciones de Lucas Nine. El evento será el lunes 16 de noviembre, a las 18:30 horas en el Museo de Ciencias Naturales (Av. […]
24/3/16 a las 0:26
me encanto la nota. me hizo llegar a conocer a este autor en unos momentos. Un groso las cosas que dijo me parecen muy bien pensadas y no es casualidad. no soy muy fan de su estilo (mucho lo vi en la fierro) pero tiene cosas que son muy interesantes y talento se qe no le falta.
gracias x compartir,
saludos