Algunos Cuentos de Ada
Presentamos tres relatos del libro Cuentos de Ada, de PePe Pelayo. Las ilustraciones que acompañan a estos textos son de Alex Pelayo, hijo del escritor y compañero creativo en muchos libros.
Por PePe Pelayo
Presentamos tres relatos del libro Cuentos de Ada, de PePe Pelayo, escritor cubano residente en Chile sobre el que publicamos un artículo en la sección “Lecturas” de este número. El libro nos cuenta las desventuras del joven Adalberto: cómo se las ingenia para cuidar y entretener a su hermanito; lidiar contra Orco, el bravucón del barrio; y conquistar a Cary, la chica de sus sueños. En los tres cuentos seleccionados se describen las estrategias que Ada despliega para ser “algo más que amigo” de Cary.
Las ilustraciones que acompañan a estos textos son de Alex Pelayo, hijo del escritor y compañero creativo en muchos libros.
Los Pelayos: PePe Pelayo y Alex Pelayo.
Cuentos de Ada está publicado por Editorial Alfaguara (Buenos Aires, 2010) en su colección Alfaguara Infantil (Serie Morada). Imaginaria agradece a María Fernanda Maquiera y Cecilia Criscuolo —del Departamento de Literatura Infantil y Juvenil de Alfaguara Argentina— la autorización y facilidades proporcionadas para la reproducción de estos textos e ilustraciones.
El romance
Primer intento
Ya llegó la música. Cary está lindísima. ¡Qué manera de gustarme! ¡Tengo que bailar con ella! ¡Es más, hasta puedo preguntarle si quiere ser algo más que mi amiga! Pusieron un tema suave. Es mi oportunidad…
Mi único problema es que he comido ensalada con mucha cebolla. ¿Qué debo hacer? Tengo dos posibilidades:
- Me arriesgo a sacarla a bailar así.
- O me olvido del asunto.
Pero, ¿y si yo le gusto?… Sí, me arriesgo. ¡Debo apurarme y sacarla a bailar rápido! ¡Sí! Aunque, no… no sé. Las decisiones hay que analizarlas muy bien. Si me acerco y la invito a bailar, tengo dos posibilidades:
- Baila conmigo.
- O no baila conmigo.
Si no baila conmigo, está todo claro: no le gusto. Pero si acepta, tengo dos posibilidades:
- Que bailando le haga la pregunta de si quiere ser algo más que mi amiga.
- O que bailando no le haga la pregunta.
Si bailando no le hago la pregunta, está todo claro: soy un imbécil cobarde por no tener valor. Pero si le hago la pregunta, tengo dos posibilidades:
- Que me diga que sí.
- O que me diga que no.
Si me dice que no, está todo claro: no le gusto. Pero si me dice que sí, tengo dos posibilidades:
- Que me deje bailar muy cerquita de ella.
- O que no me deje bailar muy cerquita de ella.
Si no me deja bailar muy cerquita de ella, está todo claro: no le gusto tanto. Pero si me deja bailar muy cerquita de ella, tengo dos posibilidades:
- Que se dé cuenta de mi aliento a cebolla y no siga bailando.
- O que se de cuenta de mi aliento a cebolla y siga bailando.
Si se da cuenta de mi aliento a cebolla y no sigue bailando, está todo claro: no le gusto tanto. Pero si se da cuenta de mi aliento a cebolla y sigue bailando, tengo dos posibilidades:
- Que ella también haya comido cebolla y no me huela.
- O que ella no haya comido cebolla, pero le gusten los malos olores.
Si a ella le gustan los malos olores, está todo claro: no me gusta y no sigo bailando. Pero si ella también comió cebolla, eso significa que comparte mis gustos. Por lo que vamos a ser algo más que amigos y muy felices. Por lo tanto, ¡ya lo decidí! ¡La voy a sacar a bailar! ¿Cómo? ¡El Pocho se me adelantó y la sacó! Ahora no tengo ninguna posibilidad…
—000—
Segundo intento
Me sentía feliz. En la nota que le envié a Cary pude resumir mis sentimientos sin caer en los extremos. Pero me costó mucho trabajo, es verdad. A veces, al redactarla, ponía cosas como: «desde el día que te conocí comprendí que lo eres todo para mí, bla, bla, bla…». Y rompía el papel. Aquello parecía una declaración de esas que salen en las aburridas películas de amor que ven mis padres. En otras, me iba hacia el otro extremo: «Oye, Cary, tienes que enamorarte de mí, ¿entiendes? Y bla, bla, bla…». Hacía mil pedazos la hoja. Un poco más, y le decía que si no se enamoraba de mí, la iba a castigar. Pero, al final, logré redactarla con mucho tacto; sencilla y bonita. ¡Hasta la rocié con unas gotas de perfume! Fue una buena solución la de la nota. Frente a frente me costaba mucho decirle lo que sentía.
Ahora, sólo tenía que esperar la respuesta. Entonces, me senté a comer mis dulces en el banco del parque, por donde debía pasar Cary.
Comencé a prepararme para el encuentro. Cerré los ojos, mientras me la imaginaba a ella corriendo hacia mí con el pelo suelto y cara de felicidad…
Siempre me embelesaba de esa manera al pensar en nuestra relación. Por eso di un salto de sorpresacuando me gritó al oído.
–¡Oye, bruto! ¿Quién te crees que soy yo?
–¡Cary! No entiendo…
–¡Escúchame, Ada! ¿Cuándo te he prestado alguna rodillera sucia? ¿Cuándo tú me has dado una pelota de fútbol!
–¡¿Cómo?!
–Y te digo más: ¡no permito que te dirijas a mí en ese lenguaje! ¿Por qué razón me enviaste esto, Adalberto?
–Déjame ver esa nota… ¡Ay, mi madre! ¡Es el papelito que le mandé a Pocho! ¡Disculpa, Cary, esto no era para ti! ¡La que te escribí…! ¡Ay, mi madre! ¡Me voy antes de que el Pocho la lea!… ¡Chao!
—000—
Último intento
–¿Aló?
–¿Aló? ¿Estará Cary?
–¿Estará dónde?
–No, sólo pregunto si ella está.
–¿Si está dónde?
–Ahí, en su casa.
–Ah, sí. Está aquí en su casa.
–¿Y podría hablar con ella?
–Supongo que sí. Si los dos saben hablar no veo por qué no…
–Por favor, me refiero a que si podría hablar con ella en este momento.
–En este momento no lo creo, porque estamos hablando usted y yo. Si ella hablara ahora también, no nos entenderíamos. Por otro lado, no tengo interés ahora en hablar con ella. Yo lo hago casi todo el día.
–Perdón, pero ¿con quién hablo?
–Con la madre, de la madre, de la madre de Cary.
–Con la madre… ¡Usted es la bisabuela de Cary!
–Así es.
–Mucho gusto. Yo soy Adalberto. ¿Podría hablar con su bisnieta, por favor? Claro, después que terminemos de hablar usted y yo.
–Sí, como no. Enseguida… Aquí está. Hasta luego.
–Chao.
–¿Aló?
–¿Aló? ¿Cary?
–Sí.
–Cary, soy Ada.
–¿Soyada? No conozco a nadie con ese nombre.
–No, Cary. Te habla Ada. Adalberto.
–¡Hola, Ada!
–Hola, Cary.
–¿Para qué me llamas?
–¿Recuerdas que te dije ayer que tenía que conversar una cosa contigo?
–Sí.
–Bueno pues… deseo decírtelo ahora.
–Dime entonces.
–Cary… Yo he intentado varias veces decirte esto… Pero no es fácil. No quiero que me malinterpretes. Mira… no sé… ¡Ya! ¡Sea lo que sea! ¡Yo quiero que tú y yo seamos algo más que amigos!
–A ver si entiendo: ¿tú quieres ser superamigo mío?
–No, algo más.
–¿Hiperamigo?
–No, más que eso.
–¿Un megamigo?
–¡Más que un superhipermegamigo tuyo!
–¿Un hermano entonces? Pero Ada, eso tendrías que hablarlo con mis padres a ver si te quieren adoptar. Si no, lo veo imposible.
–Cary, me refiero a que quiero ser…
–¿Aló? ¿Con quién hablo?
–¿Cómo? ¡No, señora! ¡Está equivocada! Parece que la línea se cruzó.
–¡Yo no me he cruzado con nadie! ¿Con quién hablo, por favor?
–¡Abuelita, estás hablando con Ada, un amigo mío! Disculpa Adalberto, es mi abuela otra vez. ¡Abuela corta por allá!
–¡Ah, eres tú hija mía! Disculpen…
–¡Qué increíble! No le hagas caso, Ada. Ella a veces se pone… ¿Qué me estabas diciendo?
–Te decía que por lo que he sentido últimamente, yo quisiera que tú y yo…
–¿Aló? ¿Con quién desea hablar?
–¡Abuela, ya te dije que estoy hablando! ¡Cuelga, por favor!
–Pero si yo sólo quería…
–¡Oye, Ada! Yo soy la que voy a colgar. Así no se puede hablar. Termina de decirme esto mañana. ¿Está bien? Chao.
–No, Cary, espera…
–¡Cary, hija mía! ¿Eres tú? ¿Aló, quién habla?
–¡Señora! ¡Por favor! ¡Estuve a punto…!
–¿De qué, mi niño?
–¿Cómo?
–¿Que estuviste a punto de qué? Ay, hijo, puedes decírmelo a mí, yo puedo ser tu bisabuela también…
–Gracias, señora. Disculpe, pero no… Buenas tardes…
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Lecturas: PePe Pelayo: El humor que se comparte, se disfruta y se contagia, por Fabiana Margolis.
5/4/11 a las 21:34
Me parece muy hermoso y ameno.A los chicos les parecerá genial.
5/4/11 a las 21:46
Brillante! Me encantó el humor de estos «INTENTOS». Ya saldría a buscar el libro para comprar pero son las 21, 45 y en Mar del Plata , las librerías están cerradas. Haré el INTENTO mañana.
Soy MAría, docente, marplatense y feliz de leer estás historias.
6/4/11 a las 10:21
Me parece que es alegre y entretenido. Además, y complementando, las ilustraciones son estupendas. Les va a gustar a los chicos, y a los grandes (en lo personal fue una excelente experiencia leerlo), un saludo cordial de nela
6/4/11 a las 11:02
para decirles que cuando traté de compartir el link en facebook, se me colaba una cosa de v!agra =(
buena literatura, refrescante =) gracias por existir y trabajar
6/4/11 a las 13:23
Hola:
Me parece excelente, se lo envié a mi hijo porque creo que le encantará.
6/4/11 a las 14:37
Me encantó… Me hizo reir… También intenté compartirlo en face pero me ocurrió lo mismo que a Adriana.
Gracias por acercar estos cuentos y per itirme conocer al autor y su obra!!!!
6/4/11 a las 14:38
Me resultó divertidisimo el cuento Ada, y mas imaginandolo contado x un Cubano, que tienen tanta gracia,
agradezco al boletin por publicarlo.
6/4/11 a las 15:45
Tuve la oportunidad de verlo en la feria del libro Infantil, el año pasado, leyendo Los cuentos de Ada junto a Pescetti. Fue excelente!!! A mi hijo le encantó.
6/4/11 a las 15:58
Gracias por avisar, Adriana y Andrea. Estamos al tanto de esa intrusión, y tratamos de resolverla.
7/4/11 a las 11:02
Gran conocimiento del mundo adolescente al que retrata
con un humor magistral.
¿Cuándo lo tendremos por Perú?
Buscaremos sus libros mientrastanto.
9/4/11 a las 13:47
A Sonia, María Marta, Nela, Adriana, Lorena, Andrea, Margarita y Carolina, les doy miles de gracias por escribir tan bien de mi obra (se que ve que son inteligentes, sensibles y tienen buen gusto). Me siento muy honrado de que me den tan linda bienvenida a Argentina, país que me encanta. Y les aviso que amenazo con asistir de nuevo a la Feria del Libro Infantil en julio de este año.
A Felipe, gracias mil también y le digo que fui hace un par de años a la Feria Internacional del Libro de Lima y la pasé espectacular. En cuanto me inviten de nuevo ahí estaré.
Y a la administración, le aseguro que no tengo nada que ver con esa promoción de viagra que no deja trasladar el artículo.
A todos los invito a mi weblog http://www.pepepelayo.com.
Y de verdad, gracias, me hacen muy feliz con sus comentarios.
P.P.
10/4/11 a las 0:30
No me sorprende que a los ninos les encante… si hasta para adultos tiene su gancho! Y son increibles los dibujos! Felicitaciones a ambos!
17/4/11 a las 11:16
Qué bueno!!! Poder ofrecer a los chicos este material y disfrutarlo junto a ellos!! Una vez más una prueba para desmistificar que la letra con sangre entra!! Leer es un placer en la escuela en primer lugar!! Gracias.-
18/4/11 a las 14:05
Buenas tardes. ¡ Excelente! Sin palabras. Cómo hago para adquirir los cuentos de Pepe Pelayo. Saludos desde Venezuela.
13/7/11 a las 16:21
Fue muy divertido leerlo . Lo leí con mi mamá y nos encantó y se lo recomendé a mi hermano Franco que es muy enamoradizo y le gustó .soy Dany y mi mamá es Be
23/11/11 a las 20:16
A mi hija le toco leer este libro y estaba buscando algún comentario de este y me encontré este episodio del libro y la verdad que es muy entretenido felicitaciones pepe ahora voy a leer el libro completo.
11/11/13 a las 22:04
megusto el libro bonito es
19/11/13 a las 23:42
no meguto
nada