"Todo lo que estás viendo, lector, son papelitos..."
por Istvansch
Presentamos dos textos de Istvansch: "El papel de la locura", copete a una galería de obras de Istvansch (a la derecha, foto por Lucía Barattini), publicada en la revista Complot Nº 13 (México, Editorial Guillén, febrero de 2001), y "Musas (De cómo es mi trabajo de hacer libros para chicos)", versión modificada del artículo "De la imaginación a la creación (mirada de mortal sobre las musas)", aparecido en la revista Educación Inicial" Nº 147 (Buenos Aires, Ediciones La Obra, diciembre de 2000). Ambos textos se reproducen con autorización del autor.
El papel de la locura
Todo. Todo lo que estás viendo, lector, son papelitos...
¡¿Qué?! dirás.
Y yo te contestaré que sí, que dibujo con la tijera y el papel; que hasta el último detalle, el último ojito ínfimo, el último ombliguito imperceptible lo hago recortándolo. Te diré que trabajo con una pincita de depilar para agarrar los papelitos diminutos y que los pego con la misma cola que los niños usan en el aula. Te diré que mis tijeras son de lo más comunes (y no tijeritas de gnomo como tantos piensan), son tijeras de costurera y son apenas dos: una para recortar papeles secos y otra para los papeles encolados. Te diré que las cartulinas que uso son todos colores plenos; que me gusta hacer yo mismo los estampados pegando papel tras papel. Te diré que ni te esfuerces en buscar calificativos para esta adicción que tengo; que ya me han dicho psicótico, loco, esquizoide y obseso; que tolero estos estigmas con estoicismo; que, es más, suenan cuan lisonjas a mis oídos. Así que mira y descubre, quizás sientas el mismo placer que yo al vislumbrar que aquel circulito milimétrico puede ser broche de oro imprescindible de una ilustración. Y verás que los locos tenemos razón (...bienvenido al club, je, je...).
Musas (De cómo es mi trabajo de hacer libros para chicos)
Musas y ceremonias
Me levanto a eso de las 8:00. Paseo a Cielo (mi perra dogo argentino). Desayuno.
Tengo mi estudio en una terraza techada de mi departamento y hacia allí voy.
Me siento en mi butaca. En la mesa de dibujo esperan papeles, lápiz y goma para bocetar; trincheta, tijera, cola para hacer los originales: el collage es mi mayor placer.
También puede ser que hayan quedado los vestigios del día anterior: el trabajo empezado y la mesa superpoblada de papeles de todo tipo, que desbordan cayendo al piso.
Prendo la radio.
Esa es mi ceremonia cotidiana, si se concreta según ese esquema parece convocar a las musas. Empezando así la tarea de crear es fácil. Tan fácil como comprobar que esto es definitivamente así: sin las condiciones mínimas descriptas, crear se hace tarea dificultosa (al menos en primera instancia), los materiales se sublevan, las musas se distraen y se van a otro lado.
Trabajo hasta un poco más allá del mediodía. Almuerzo y vuelvo a seguir hasta la cena.
Musas y trabajo
Soy ilustrador, diseñador y escritor, en ese orden. Mi mayor placer es hacer libros para chicos.
Esto empezó con mi nacimiento. Siempre dibujé, puse texto cuando era necesario y dispuse todo en la página de una manera armónica, lo que en otras palabras es ilustrar, escribir y diseñar.
Hasta que fui grande y cuando ya mi carrera profesional había empezado no caí en la cuenta de este triple trabajo. Al principio creía que todo, todo, era tarea de ilustración.
Para recorrer el camino de la idea al papel hago un zigzag que casi siempre empieza por el diseño, con la concepción integral en boceto del libro entero; después tuerzo rumbo hacia el dibujo, hago croquis varios y, simultáneamente surgen las primeras letras, que responden a las ilustraciones que voy imaginando para el diseño que va tomando cuerpo. Así, todo empieza a ser una ida y vuelta entre el diseño, los dibujos y los textos, que piden correcciones constantes, ajustándose como un engranaje al que voy aceitando hasta que funcione sin chirridos.
En este punto, sé que tengo el libro dominado. Hago una maqueta bastante terminada, con bocetos en lápiz de las ilustraciones, el texto casi concluido y el diseño definitivo. Generalmente también hago un dibujo original, muestra de cómo se verá una doble página de la publicación.
Llamo a esto "proyecto", "maqueta" o "prototipo" y lo dejo reposar en una cajón por un tiempo, al cabo del cual vuelvo a mirarlo y evaluarlo, hago las correcciones necesarias, lo dejo a punto y puede ser que lo lleve para ponerlo a consideración de un editor que, si lo aprueba, me da las razones que necesitaba para ultimarlo de un tirón.
Musas e hijos
Eso de que publicar un libro es como parir un hijo es un cliché absolutamente real.
Todos los procesos descriptos más arriba pueden durar desde un mes hasta seis o siete años porque, por supuesto, muchas veces el romance con las musas es absolutamente idílico y pleno de amor bucólico... pero otras veces es una historia de encuentros y desencuentros, espacios de amor y odio, rosas y platos rotos.
Tengo muchos libros publicados, de muchos de ellos comparto la paternidad con un escritor o escritora, siendo autor de la mitad del libro que comprende las ilustraciones... pero de algunos soy el padre integral, ilustración, texto y diseño son plenamente míos.
Me gusta desafiarme.
Inventar propuestas nuevas y originales puede ser arduo y más difícil (luego) de comercializar... pero me gusta jugar este juego.
En la Serie de Istvan (1) me propuse cambiar el sino a los tradicionales y generalmente rutinarios libros sobre los colores, números, formas y opuestos, e hice convivir estos temas de base con otros saberes, en historias de ficción. Por ejemplo, en Quiero ganar este concurso (Un libro sobre los números y otras artes), un personaje central hace (con distintos materiales), 10 dibujos con vistas a ganar un concurso. Los dibujos conforman una historia de 10 secuencias dentro de la historia central, que también tiene un sorpresivo desenlace.
En Refrains sans freins (2) reuní cinco cuentos e ilustraciones que se hacen carne en bandas de Möbius, deviniendo historias infinitas, factibles de empezar a leerse mirarse desde cualquier punto porque no poseen ni principio ni final (por ejemplo, la pequeña historia de la gran nariz, que dice "...atrás de él estaba su nariz, que era tan pero tan larga que cada vez que él se daba vuelta ¡se asustaba!, porque se encontraba con que atrás de él estaba su nariz, que era tan pero tan larga que cada vez que él se daba vuelta ¡se asustaba!, porque se encontraba con que atrás de él estaba su nariz, que era tan pero tan larga que cada vez que él se daba vuelta ¡se asustaba!, porque se encontraba con que...").
En Ideas claras de Julito enamorado (3), una historia de amor desbordante y expansiva cobra fuerza a través de un juego entre las ilustraciones y el diseño cuando, por ejemplo, la contundente y tangible declaración de amor del protagonista es recortada por los chicos de Singapur para hacer barriletes, y la ilustración del amor en página par se "calca" en los barriletes de la página par siguiente.
En Suiza y España a un tiempo, se publicará mi próximo libro: El hombre más peludo del mundo (4), un libro-álbum en donde le hablo al lector, supongo su respuesta y le contesto en consecuencia. Todo colores y tipografía. Un nuevo hijo dilecto.
Musas y mascaritas
Un día me pidieron que participe en una charla sobre "El camino entre la imaginación y la creación", me pareció una alusión directa a un idílico camino recorrido por el artista, en estado de felicidad, con su musa de la mano.
Creo en las musas. Sí. Contoneo constantemente con ellas y, pese a ser tantas veces esquivas, he aprendido a conocerlas un poco. Y me atrevo a asegurar que aunque son bellas están muy curtidas por el sol y tienen las manos callosas.
¿Creo, dije?... ¡Estoy seguro!
Musas y mortales recorremos el mismo camino entre imaginación y obra: trabajando (mucho).
Notas
(1) Serie de Istvan: A-Z Editora (Buenos Aires, primera edición 1997, próxima a aparecer la segunda edición). Integrada por los títulos Trabajo de autor (Un libro sobre los colores y otras impresiones), Historia para leer después de jugar todo el día (Un libro sobre las formas y otras cosas de todos los días), Zoológico (Un libro sobre los opuestos y otras curiosidades) y Quiero ganar este concurso.
(2) Istvan. Refrains sans freins. Landemer (Francia), Ed. Motus, 1995.
(3) Istvan. Ideas claras de Julito enamorado. Buenos Aires, Grupo Editorial Norma, 2000. Colección Torre de Papel, serie Torre Naranja.
(4) Istvansch. El hombre más peludo del mundo. Ginebra, Ed. QuiQuandQuoi/Valencia, Ed. Tàndem, 2003.
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