Entrevista con Carla Baredes e Ileana Lotersztain, directoras
de Iamiqué, editorial argentina de libros de ciencias para chicos
"Con nuestros libros queremos demostrar que se puede hablar
de ciencia seriamente, sin recurrir a palabras complicadas o a tratamientos
solemnes"
por Ana Garralón
La presente entrevista también saldrá publicada en el número de septiembre-octubre de 2002 de la revista Educación y Biblioteca. Imaginaria agradece a Ana Garralón la gentileza de haber cedido este texto para su edición electrónica.
Los dibujos que ilustran la entrevista son de Javier Basile y pertenecen al libro Preguntas que ponen los pelos de punta 3. Sobre la luz y los colores. Agradecemos a Ediciones Iamiqué la autorización para reproducirlos en Imaginaria.
Carla Baredes e Ileana Lotersztain, física la primera y bióloga la segunda, son las autoras y editoras de una serie muy original de libros de ciencias para chicos. Juntas dirigen Ediciones Iamiqué, un proyecto editorial alternativo que se abre paso quijotescamente dentro de la tremenda crisis socioeconómica por la que hoy atraviesa la Argentina.
Las autoras responden sin pelos de punta a las preguntas de la especialista española Ana Garralón.
¿Por qué deciden crear libros de ciencias para niños?
¿Por qué crear libros de ciencias? La idea surgió después de años y años de asistir a reuniones de familiares o amigos en las que, inevitablemente, alguien se nos acercaba en forma sigilosa y decía: tengo una pregunta para hacerte. Contrariamente a lo que esperábamos, las preguntas no giraban en torno a la teoría de la relatividad, la mecánica cuántica o el origen de la vida, sino que se referían a cuestiones cotidianas y simples. Así fue como nos dimos cuenta de que todos niños y grandes sienten curiosidad por comprender los misterios de la vida cotidiana.
¿Y por qué para niños? A la hora de preguntar, los niños no tienen ningún tipo de prejuicio: aceptan su ignorancia y no se sienten obligados a hacer preguntas inteligentes. Pero, por sobre todas las cosas, son entusiastas y curiosos insaciables. Sin embargo, vale la pena hacer una aclaración: si bien el formato y la presentación de los temas se enmarcan dentro del libro infantil, la experiencia nos muestra que los libros de Ediciones Iamiqué los lee toda la familia. Nos resulta encantador cuando un adulto (que jamás compraría un libro de divulgación científica "serio") nos confiesa que se llevó el libro a la cama y se lo devoró esa misma noche. Y luego, inevitablemente, confiesa: "aprendí muchas cosas..."
La ciencia no muerde, pero ¿alimenta?
Cuando uno conoce y comprende el mundo que lo rodea siente una enorme satisfacción. Sin ninguna duda, la ciencia alimenta y enriquece.
Han trabajado algún tiempo en editoriales de libros de texto, ¿en qué se diferencian sus libros de los de texto?
Excepto por el papel y la tinta, en todo. En primer lugar, nuestros libros no intentan satisfacer las necesidades de un programa escolar, sino las de un niño curioso. En segundo lugar, son informales, divertidos y desacartonados. En tercer lugar, no presentan los temas en forma acabada, cerrada y concluyente.
Al escribirlos, nos tomamos licencias que, generalmente, no son aceptables en un libro de texto: intercalamos datos curiosos de la lengua y de la historia, canciones, refranes, humoradas y todo lo que se nos ocurre.
Por último, y tal vez lo más importante, rescatamos el valor de la pregunta, más allá de la respuesta. Estamos convencidas de que la pregunta siempre invita a reflexionar, dispara nuevos interrogantes y se fundamenta en una característica que las personas no deberíamos perder jamás: la curiosidad.
Pese a tantas diferencias, hemos tenido una grata sorpresa: muchas maestras usan nuestros libros en el aula como material complementario.
Hacen libros con un planteamiento lúdico y desenfadado, ¿por qué la ciencia debe de ser divertida?
Desde su trinchera, muchos científicos fomentan el prejuicio de que es imposible explicar un fenómeno sin recurrir a fórmulas, ecuaciones o leyes complicadas. Los que están "del otro lado" suelen creer que la ciencia está reservada a mentes privilegiadas. Y ambos grupos coinciden en que la ciencia es formal, solemne y difícil.
Con nuestros libros queremos demostrar que se puede hablar de ciencia seriamente, sin recurrir a palabras complicadas o a tratamientos solemnes. Y que, en definitiva, el objetivo que debería perseguir todo libro de divulgación científica es que la gente vea la ciencia como algo interesante, cercano y comprensible; sienta que la investigación es algo útil y vea al científico como al vecino de la esquina (y no como un delirante ajeno a lo cotidiano).
¿Cómo funciona la planificación de cada libro? (contenidos, redacción, trabajo de ilustración).
En primer lugar, nos planteamos el tema alrededor del cual girarán los contenidos del libro: el agua y el fuego; la luz y los colores; las estrategias que tienen los animales para zafar de sus depredadores, etcétera. No elegimos contar lo que sabemos, sino aquello que nos interesa saber.
A partir de ahí, emprendemos una verdadera aventura de conocimiento. La premisa para la partida es simple: nada es difícil, nada es aburrido, nada es imposible de explicar. El motor son nuestras ganas de descubrir y comprender. Y el combustible es la satisfacción de nuestro propio aprendizaje.
Una vez que estamos "en tema" (y ansiosas por empezar a escribir), fijamos a grandes rasgos los contenidos: una primera parte que hablará sobre tal cosa, la segunda sobre tal otra y la tercera sobre aquello otro. Y sin más trámite, comenzamos a escribir. Escribimos, discutimos, nos reímos y nos frustramos con total libertad, sin cronogramas ni pautas muy precisas. Pero hay reglas que se respetan a rajatabla: lo que no nos resulta interesante, no va; lo que no nos divierte, se tira; lo que no se entiende, se cambia.
Una vez que terminamos todo el texto (y nos sentimos satisfechas), se lo damos al ilustrador para que lo lea con tiempo (y a otras personas, también). Luego nos reunimos los tres, mate y medialunas de por medio, y discutimos durante varias horas todo lo que le haya surgido durante la lectura: dudas, propuestas, sugerencias... A partir de allí, el libro queda en manos del ilustrador, con una indicación muy estricta: divertite y hacé lo que tengas ganas.
¿Experimentan con la diagramación? ¿Cómo se realiza?
Para nosotras, las ilustraciones y el diseño constituyen una parte muy importante de cada libro. En ese sentido, nos gusta, y nos parece ideal, que el ilustrador y el diseñador trabajen con total libertad en el proceso de creación. Nuestro trabajo de ilustración y diseño consiste, principalmente, en "dar con la persona indicada" para cada obra, es decir, aquella que se entusiasme con el proyecto y se ajuste al espíritu de nuestra editorial.
¿Qué tienen en cuenta pedagógicamente hablando a la hora de concebir y diseñar un libro?
Nuestros libros no son libros de preguntas y respuestas; son libros que intentan dar algunas explicaciones sencillas sobre el mundo que nos rodea. Queremos que el lector disfrute mientras lee; no que gane un concurso de "¿Qué sabes tú?". En este sentido, ponemos mucha atención en que la obra tenga un hilo conductor (y no que los temas vayan apareciendo sin ningún orden, como suele ocurrir en los libros de ciencia para chicos), que los textos generen expectativa por ver qué hay al dar vuelta la página, y que el lector sienta valorada su capacidad de comprender. En el plano más concreto, podemos decir que:
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No desarrollamos más de un concepto por vez y sólo unos pocos por libro.
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Cada concepto se aborda varias veces, a través de diferentes ejemplos y desde muchas perspectivas.
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Las experiencias que proponemos hacer tienen que cumplir tres requisitos fundamentales: ser ilustrativas, "salir bien" (pues, si no, sólo provocarían frustración), y poder hacerse con lo que suele haber en casa (la premisa es: si tenemos que salir a comprar algo para poder hacerla, no sirve).
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Los conceptos que agregan información, pero que no son importantes para seguir la lectura, se tratan en apartados (Para los más curiosos), que pueden ser abordados por los niños más grandes o en una segunda lectura.
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Jamás utilizamos palabras que no pertenezcan al vocabulario cotidiano de los niños. No es que pensemos que a los niños no se les pueda escribir "literariamente" (más bien todo lo contrario), pero, en vistas de que se trata de divulgación científica, creemos que el uso de palabras de diccionario agregaría complejidad a la lectura.
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Nunca suponemos en el lector conocimientos previos: siempre que empezamos a explicar algo, lo hacemos desde el principio.
¿Cuál ha sido la aceptación de los libros entre el público, mediadores y la crítica?
Ediciones Iamiqué salió al mercado argentino en el año 2000 con un único título: Preguntas que ponen los pelos de punta 1. El momento no era nada favorable: las pequeñas editoriales desaparecían y las grandes se fusionaban para formar megaempresas que invadían las vidrieras, las mesas y los estantes de las librerías.
Sabíamos que teníamos potenciales lectores, pero también sabíamos que la única manera de tener éxito era que ellos se enteraran de que el libro estaba en la librería... Lo ensobramos (junto con nuestras esperanzas) y lo mandamos a los principales medios. La respuesta llegó muy pronto y fue espectacular: lo recomendaron en programas radiales, en diarios de circulación masiva (Clarín, La Nación y Página/12), en revistas de interés general, en publicaciones educativas, en revistas para niños, en revistas de literatura infantil (Cuatrogatos e Imaginaria, entre otras).
La historia se repitió con el segundo libro y, aunque todavía nuestro catálogo es bastante escueto, tenemos el honor de contar ya con un grupo importante de lectores chicos y adultos que destacan y valoran nuestra manera de hacer divulgación científica.
Además del reconocimiento de la crítica y de los lectores, los libros fueron distinguidos con el premio Premio Fantasía Infantil (el único premio que se otorga en la Argentina a libros didácticos): Preguntas que ponen los pelos de punta 1 obtuvo la Mención Especial en el año 2000 y Preguntas que ponen los pelos de punta 2 recibió el Primer Premio en el certamen de 2001.
¿Existen guías para padres y maestros o son libros concebidos para una lectura directa por parte de los niños?
Obviamente, no tenemos guías para padres y maestros. Sin embargo, podríamos hacer una que dijera:
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Este libro está pensado para que su hijo (o alumno) lo pueda leer solo, pero, si se atreve, puede leerlo con él.
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No intente impresionarlo con sus conocimientos ni se preocupe si surgen preguntas para las que usted no tiene respuestas. Simplemente, relájese y déjese sorprender. Y si no lo logra, observe la actitud que tiene su hijo (o alumno) mientras lee.
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No se preocupe si al terminar de leerlo siente que tiene más preguntas que las que tenía antes de empezar... Es lo mejor que le puede pasar.
Ustedes proponen a sus lectores que les escriban, ¿qué suelen contarles? ¿Qué imagen creen que tienen los niños de la ciencia?
Cuando nos llega un email de un lector sentimos una alegría enorme. Algunos nos escriben para hacernos una pregunta "difícil" (olfateamos la presencia de algún adulto) y otros nos piden alguna idea o información para realizar un trabajo escolar. Pero la mayoría nos manda chistes, datos curiosos o preguntas que nos inspiran para nuestros nuevos libros. Es un ida y vuelta permanente, se crea una relación muy fluida y de mucha camaradería. Además, los lectores se sienten (y de hecho, lo son) protagonistas.
En cuanto a la imagen, los niños no sienten ningún "respeto" particular por la ciencia: no se sienten intimidados por ella, ni consideran que sus saberes sean inalcanzables. Y tienen todo lo que se necesita para disfrutar y apreciar la divulgación científica: son observadores, son curiosos y no tienen preconceptos.
¿Cuál es su próximo proyecto?
En un par de meses presentaremos una nueva colección que gira en torno al mundo animal, llamada ¡Qué bestias! Nos propusimos el difícil objetivo de explicar lo que muchos niños preguntan y pocos saben responder: ¿por qué los animales son como son?
Con un enfoque poco convencional, cada libro comienza contestando una pregunta que le da título a la obra (¿Por qué se rayó la cebra? o ¿Por qué está trompudo el elefante?), en el marco de la teoría de la evolución. Esa respuesta funciona como disparadora de nuevos interrogantes, que van hilvanando coherentemente los contenidos de los distintas partes del libro. Como ya es nuestra costumbre, la información se complementa con curiosidades de la historia y humoradas que enriquecen los textos.
¿Por qué se rayó la cebra? describe algunas de las armas que tienen los animales para no ser devorados por sus depredadores: de los camuflajes más elaborados a los venenos más poderosos, de las actuaciones más profesionales a las estrategias más disparatadas.
¿Por qué está trompudo el elefante?, por su parte, cuenta cosas muy curiosas que hacen los animales a la hora de comer: de las herramientas más sofisticadas a las despensas mejor provistas; de los comportamientos más refinados a los modales más asquerosos, de las dietas más exquisitas a los platos más nauseabundos.
Además, estamos trabajando en un libro nuevo, que tratará sobre un tema que nos intriga y nos divierte mucho. Por ahora sólo podemos decirte que va a estar "para chuparse los dedos".
Colección Preguntas que ponen los pelos de punta
Preguntas que ponen los pelos de punta 1. Sobre el agua y el fuego. Carla Baredes e Ileana Lotersztain. Ilustraciones de Javier Basile. Buenos Aires, Ediciones Iamiqué, 2000.
Preguntas que ponen los pelos de punta 2. Sobre la Tierra y el Sol. Carla Baredes e Ileana Lotersztain. Ilustraciones de Javier Basile. Buenos Aires, Ediciones Iamiqué, 2001.
Preguntas que ponen los pelos de punta 3. Sobre la luz y los colores. Carla Baredes e Ileana Lotersztain. Ilustraciones de Javier Basile. Buenos Aires, Ediciones Iamiqué, 2002.
Títulos de próxima aparición
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¿Por qué se rayó la cebra?, y otras armas curiosas que tienen los animales para no ser devorados.
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¿Por qué está trompudo el elefante?, y otras cosas curiosas que tienen o hacen los animales para alimentarse.
Carla Baredes nació la ciudad de Buenos Aires en 1964. En 1992 recibió el título de Licenciada en Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Universidad de Buenos Aires) y, a partir de ese momento, se desempeñó como investigadora en esa institución. En el año 1997 dejó "los papers y los congresos" para formarse como divulgadora científica y lograr un viejo anhelo: acercar la ciencia a la gente.
Desde el año 1987 enseña ciencia en ámbitos muy diversos: talleres de ciencia, colegios secundarios e instituciones terciarias y universitarias. Integró el equipo de redacción de los libros de divulgación científica del programa CON/CIENCIA, dependiente de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.
Es coautora de los libros Física I (Santillana, 1999), Física II (Santillana, 2000), Ciencias Naturales (Santillana, 2001) y Biofísica (de próxima aparición). De Física II es, además, la coordinadora autoral.
Ileana Lotersztain nació en la ciudad de Buenos Aires en 1972. Toda su vida supo que lo suyo era la divulgación científica. En el año 1997 se recibió de Licenciada en Biología en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Universidad de Buenos Aires) y, con el título bajo el brazo, comenzó una prolífica producción de artículos periodísticos, que fueron publicados por los diarios La Nación y Perfil.
En 1998, realizó la especialización en divulgación científica en la Facultad de Ciencias de la Comunicación (UBA) y comenzó a colaborar en el suplemento de ciencia Futuro del diario Página/12.
Es coautora de los libros Biología (Santillana, 1999), Biología y Ciencias de la Tierra (Santillana, 1999), Educación para la salud (Santillana, 2000), Ciencias Naturales (Santillana, 2001), Biotecnología (Santillana, 2001) y Biofísica (de próxima aparición).
Los interesados en contactarse con Carla Baredes o Ileana Lotersztain tienen que dirigirse a:
Ediciones Iamiqué
Guatemala
6048
(1425) Buenos
Aires
Argentina
Email: iamique@elsitio.net
Ana Garralón (100740.3010@compuserve.com) es diplomada en Magisterio, ensayista y crítica de literatura infantil y juvenil. Sus artículos se publican en diversas y prestigiosas revistas literarias y tiene a su cargo la sección de Literatura Infantil de la revista Educación y Biblioteca. Tradujo al castellano el libro La poesía en la escuela. Hacia una escuela de la poesía, de Georges Jean (Madrid, Ediciones de la Torre, 1996). Junto con Verónica Uribe, preparó la selección de poemas Oda a la bella desnuda y otros escritos de amor, de Pablo Neruda (Caracas, Ediciones Ekaré, 1998). Realizó la antología de poesía infantil hispanoamericana Si ves un monte de espumas y otros poemas (Madrid, Anaya, 2000). Es autora de Historia portátil de la literatura infantil (Madrid, Anaya, 2001).
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