65 | BOLETÍN DE ALIJA (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina) | 28 de noviembre de 2001

¡ALIJA de fiesta!

La violenta lluvia que cayó sobre Buenos Aires durante la tarde del 23 de noviembre no impidió que casi cien socios y amigos de ALIJA nos reuniéramos para brindar con los nominados para los Premios Andersen y la Lista de Honor de IBBY 2002, celebrar los logros obtenidos durante el año y plantear nuevos desafíos para el futuro.

Nos tomamos un momento para recordar a la escritora Olga Monkman, fallecida recientemente, a través de unas palabras que preparó Carlos Silveyra:

Olga

Conocí a Olga, creo, en una escuela. Desde el comienzo conversamos sobre cuentos, libros, poemas... De sus deseos de publicar, de continuar escribiendo... Todo con su voz mesurada, reflexiva. Todo con su prestancia de Señora...

Continuamos esas charlas en mi oficina: fui su editor en la revista Billiken, fui un colega que siempre respetó su honestidad. Y que en todo momento sintió el aprecio de esa gran Señora

Olga fue una escritora que asumió la escritura con seriedad, con profesionalismo. Que se exigía mucho porque sabía de sus capacidades. Y porque exigirse era una pequeña muestra de sus convicciones éticas.

No fuimos amigos; y hoy lo lamento tanto...

También felicitamos calurosamente a Oscar Rojas, quien ha obtenido el Premio Lazarillo de Ilustración 2001, otorgado por la Organización Española para el Libro Infantil y Juvenil (OEPLI) con el patrocinio del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes de España, por su libro Los siete domingos. Sergio Kern dedicó a Oscar estas palabras:

Dale campeón

Cuando Oscar Rojas me llamó por teléfono invitándome a tomar un café para revisar juntos los textos que había escrito para un libro ilustrado que quería enviar a un concurso en España, pensé "Qué bueno, juntarnos para mirar cosas lindas". Dando por descontado que los textos y las ilustraciones que me mostraría serían muy interesantes.

Cuando llegué al bar de Gurruchaga y Santa Fé, Oscar desplegó una carpeta repleta de dibujos absolutamente mágicos. Luego Oscar me comentó que en el concurso pedían un lema que acompañara la entrega y él le había puesto "Momentos mágicos" a la suya.

Oscar abrió la carpeta y de allí comenzó a salir un aire sostenido que inundaba el bar. Un aire que traía reminiscencias de Catamarca, de Tucumán, de Bratislava, de Moravani, de Buenos Aires, en fin, de todos los sitios a donde Saúl Oscar Rojas había llevado la cultura de sus ancestros, de sus compañeros de talleres, sus compañeros de cátedra, sus compañeros de editoriales, su mujer Alicia, sus hijas María, Laila, Mercedes, y Trinidad con las mellizas Serena y Brunella y su fiel compañero gos d'atura "Perdido", que como dijera Homero Simpson: "Ahora estará retozando en el cielo de los perritos"

Cada lámina que Oscar sacaba de la carpeta y ponía sobre la mesa del bar era un milagro.

Cada lámina que aparecía entre los pocillos de café era un nuevo misterio.

"¿Donde podría quedar este sitio que ha dibujado Oscar?", pensaba mientras miraba.

"¿En qué lugar del planeta casi toda la gente se reune a remontar barriletes cada domingo?"

"¿Qué hacen los habitantes de este pueblo durante la semana?"

El gran tamaño de los dibujos y el tratamiento que Oscar le había dado a la acuarela hacían que uno quedara hipnotizado con ese paisaje, con esos personajes.

El encantamiento me duró largo rato, volvía a las primeras láminas y luego, regresaba a las últimas. Pedimos más café.

Como en una cinta de Moebius, cada domingo se entrelazaba con el domingo que seguía y con el anterior en medio de la brisa que transparentaba a los colores.

"Esto es precioso, Negro, esto es fabuloso", decía mientras miraba cada sutileza.

"Lo hice hace 10 años", fue la escueta respuesta de Oscar.

"Esto es para un libro álbum, con tapas duras, ¿Lo mostraste aquí en las editoriales de Buenos Aires?", le pregunté.

"Sí, varias veces", fué su respuesta.

Entonces comenzamos a leer los textos, hicimos algunos ajustes y nos pusimos de acuerdo rápidamente.

Le recomendé que antes de enviar los originales hiciera escanear todos los dibujos, aunque eso costara dinero porque no entraban en un escáner de mesa por su gran tamaño.

Luego nos vimos en las reuniones del foro, bebiendo y charlando, hasta que un buen día suena el teléfono y es don Saúl Oscar Rojas, el Gran Rojas, que me llama y me dice "Che, Sergio, me acaban de llamar de España los tipos del concurso, parece que gané el premio"

Imagínense la alegría que uno siente cuando un gran amigo, que además es un gran autor de libros para chicos, llama para decir que todo ha terminado de la mejor manera, y que ahora todo comienza mejor aún para el libro "Los siete domingos" que ha obtenido el premio para el autor de las mejores ilustraciones inéditas de un libro infantil, que fue seleccionado sobre 50 series de ilustraciones de todo el mundo.

"Los siete domingos" posiblemente será un libro álbum con sus correspondientes tapas duras, editado en España.

"Los siete domingos" será el comienzo de una nueva etapa en la larga y fructífera carrera profesional de Oscar Rojas, la etapa internacional de un autor argentino que es respetado y querido por todos los colegas y editores por su valentía a la hora de escribir, dibujar y pelear por cada proyecto con la pasión de los que aman lo que hacen.

Es bueno tener buenos referentes y Oscar Rojas es un referente muy importante para todos nosotros.

En medio de dictaduras pasadas y dificultades económicas, en medio de impunidades presentes y más allá de todos los vaivenes, el enorme talento de Oscar Rojas siguió latiendo todos estos años.

Siempre investigando, siempre probando, siempre expresando, desde el dibujo, la escritura, la cerámica, la pintura, la conversación, Oscar nos va guiando con hechos, con sus textos, sus ilustraciones.

Por eso es un honor para todos nosotros que un gran artista de nuestros pagos, obtenga el reconocimiento internacional que tanto se merece y que ese reconocimiento llegue por "Los siete domingos", un trabajo que como los mejores vinos, esperó mucho tiempo en cubas de roble para que todos nosotros podamos disfrutarlo ahora.

Y como para terminar estos párrafos en este país particularmente futbolero, un saludo y un abrazo muy grande de toda la afición que a vos, Oscar Rojas, siempre te quiere ver campeón.

Por último, disfrutamos del talento de cuatro de nuestras narradoras: Juana La Rosa, Marta Lorente, Elba Marinangeli y Ana Padovani. Fue una noche para recordar y nos estimula para seguir adelante.

La gente de ALIJA


Artículos relacionados: