8 | LIBROS | 22 de setiembre de 1999

Si una mañana de verano un niño.
Carta a mi hijo sobre el amor a los libros

Roberto Cotroneo
Traducción de Alessandra Picone.
Prólogo de Marcos Aguinis.
Buenos Aires, Alfaguara, 1998.

Tapa de "Si una mañana de verano un niño"

Reproducimos, con autorización de los editores, la reseña que elaboró la especialista española Ana Garralón para la revista Educación y Biblioteca (año 11, N° 103; Madrid, julio-agosto de 1999), en ocasión de la reedición de esta obra.

El libro se publicó en España en 1995, un año después de su aparición en Italia, y su repercusión fue muy destacada, pues al mismo tiempo aparecía un ensayo similar —aunque de menor calidad, del filósofo Savater— y acapararon la atención de la crítica. Cotroneo trabaja como crítico de literatura y es, sobre todo, un lector apasionado que trata de explicar a su hijo el significado de la palabra lectura. Su hijo apenas sabe leer, pero ya disfruta con los libros, con los relatos que escucha en boca de sus padres, con las ilustraciones. Por eso el padre desea explicarle el riesgo y el placer de ser lector, el riesgo a no ser comprendido en una sociedad que paulatinamente se aleja de la cultura, el placer del conocimiento, entendido como una sensibilidad que permite comprender las tramas ocultas de los libros y nos brinda una riqueza de referencias que nos ayudará a entender el mundo en que vivimos.

A través de cuatro capítulos donde analiza diferentes temas que conforman el espíritu de la literatura: la inquietud, la ternura, la pasión y el talento, recorre también varias obras de literatura y poesía, en un intento por explicar su sentido. Se trata, en el fondo, de apasionados análisis de obras fundamentales para Cotroneo: La isla del tesoro, El guardián en el centeno, el Prufrock de Eliot, y alguna pieza de música.

Lo que Cotroneo trata de explicar a su hijo es que la variedad en las lecturas dará una riqueza única en el lector, no importa si las lecturas son provechosas o malas, recomendadas o denostadas, clásicas o modernas.

"La literatura es un mundo Análogo, donde los libros se hablan entre ellos: para entrar en él hay que ir dando saltos, de un lado para otro" y para estar en él esos mismos saltos deben darse de un libro a otro, sin temor. "Cuanto mayor sea la confusión —dice Cotroneo— cuanto más se entremezclen los autores, cuanto más se confundan en tu mente los siglos, los títulos y la literatura toda, más habrás entendido. Y si la última canción de moda, la más estúpida, te trae a la memoria un fragmento de la obra de Heráclito, eso querrá decir que tu cultura no corre peligro."

La importancia de la simbología en las novelas, su contenido profundo, sus ambigüedades, las transgresiones, la aparente sencillez de libros complejos, la necesidad de releer, la búsqueda de las historias que se ocultan detrás de una historia, todos estos temas aborda Cotroneo en su libro de agradable lectura.

Mientras el hijo de Cotroneo crece y su carta espera en algún lugar, muchos lectores habremos tenido el placer de encontrarnos con las reflexiones inteligentes de un buen lector, y habremos podido volver a sentir el valor de las buenas lecturas.

Ana Garralón


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