Magdalena Salomón

«Un texto, por más fantástico que sea, tiene una extensión acotada de detalles. Cuando dibujo, me esmero en mostrar todo eso que continúa más allá de un texto. En verdad siento que sacía mi curiosidad, que siempre quiere ver más detalles.” Datos biográficos y galería de obras de esta dibujante argentina. Además, un texto escrito para Imaginaria sobre su forma de trabajar.

Informe preparado por César Da Col

“Puede sonar muy básico decir que dibujar sea una manera de expresión, lo cual es bastante claro. Pero es una de las pocas maneras de expresar lo textualmente posible e imposible; porque un texto, por más fantástico que sea, tiene una extensión acotada de detalles. Cuando dibujo, me esmero en mostrar todo eso que continúa más allá de un texto. En verdad siento que sacía mi curiosidad, que siempre quiere ver más detalles.”

Magdalena Salomón, nació en Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, en 1986. Actualmente vive y estudia en la ciudad de La Plata. Cursa el sexto año de la Licenciatura y Profesorado en Artes Plásticas con orientación en dibujo y escultura, de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de “la ciudad de las diagonales”. En 2007 estudió en la Escuela Bonaerense de Fotografía dirigida por José Luis Mc Laughlin. Entre sus colaboraciones, figuran las ilustraciones para el boletín informativo de agosto-septiembre del Proyecto Pro-Huertas en las escuelas, del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria).

Sobre sus gustos e influencias artísticas, la joven artista plástica nos cuenta: “La obra de María Elena Walsh me acompañó toda la vida; volver a descubrirla de grande me hizo sentir que todavía hay cosas y gente que nunca te dejan de sorprender. Creo que su escritura es insustituible y me emociona. Actualmente estoy conociendo un poco de la obra de Canela, ¡es muy dulce! Pero Cortázar corresponde a mis lecturas de cabecera. Íntimamente soy coleccionista de cuentos infantiles y juguetes viejitos.”

Y sobre sus gustos plásticos, nos dice: “De todos tomé algo. Supongo que es un proceso interminable, la curiosidad es el alimento del conocimiento, y yo soy muy chusma. Estéticamente tengo una línea de influencias bastante marcada que bajaría desde el Art Nouveau, Toulouse Lautrec, Klimt, arte oriental, todo muy suave y floreado básicamente; soy “rococó” por naturaleza. De ahí también mis gustos, la grandísima Renata Schussheim, que es dueña de una estética bellísima; Rébecca Dautremer… me enseñan mucho.”

En la actualidad, Magdalena se encuentra sobre el final de su carrera en la Facultad de Bellas Artes de La Plata: “Tengo muchos proyectos, y muy lindos, en especial con amigos que escriben o hacen música —explica—. Poder compartir con gente querida algo tan fuerte como una posible obra es bonito. El dibujo me regala también sorpresones, como por ejemplo con mis papás, ¡a los 23 años los descubrí como escritores!.”

Para ver más trabajos de Magdalena Salomón, hay que visitar su blog personal: http://www.dibujamagdalena.blogspot.com. Y para contactarse con ella hay que escribir a ayyyroberta@live.com

Así trabajo

por Magdalena Salomón

Doy muchas vueltas para ponerme a trabajar. Tengo una suerte de ritual que, más que nada, ronda en la selección de materiales. Después, cuando empiezo, los dibujos los hago por etapas. Soy bastante detallista y minuciosa. Como generalmente empiezo con técnicas húmedas —acuarela, por ejemplo—, me planteo varias posibilidades y aprovecho los tiempos de secado para avanzar en algunas y reservar otras.

Dibujar es un ensayo permanente; por eso, sacarse el pavor a la temidísima hoja en blanco es el primer paso. En ese sentido hay que perderle (un poco) el respeto al papel.

Con el boceto tengo una dinámica tramposa. Reconozco que mi manera de dibujar es bastante peculiar. Hago búsquedas y compongo sobre manchas (de acuarela, de tintas o bien sobre manchones de lápiz de color). Esto es algo que instintivamente tomé de dibujos infantiles. Mis amigas dicen (en chiste) que, cual infante, todavía no puedo pintar dentro de los bordes.

La impronta que le da la gestualidad y el azar a una ilustración es inimitable. Por eso  aprendí que siempre vale la pena trabajar, desde el inicio, con materiales y soportes de calidad para darle la oportunidad al dibujo de ser OBRA.

Por otro lado, por más que necesite una sola imagen, trabajo muchísimas variantes. En eso soy bastante insistente. Como todo proceso, el hecho de dibujar, probar, arruinar y reparar (o en otros casos descartar) aporta muchísimo. Es una construcción y en definitiva creo que hace a la calidad de detalles, constituye una estética. Yo estoy en esta instancia y esa construcción de sentido sobre mis producciones quiero que sea conciente. A eso apunto, quiero elegir cómo dibujar en cada situación. No me puedo permitir que una manera de dibujar —por más cómoda y conocida que me resulte— determine mi trabajo.

Me gusta mucho citar una frase que me regaló un día una buena amiga: “No sé, yo creo que te estabas buscando a vos misma en tu propia sombra. Y quizá al encontrarte te dormiste, abrazada a la negrura de la identificación inalcanzable. Por eso ahora no sos Magdalena, ni Magui, ni Roberta, sos la chica que dibuja sombras de las cosas…”, Flor Ciancio, amiga y escritora.

Obras de Magdalena Salomón

Ilustraciones sobre un cuento escrito por Florencia Ciancio. Inéditas.

“Imágenes que parten de anécdotas de mi niñez. Son producto de la investigación para la exposición que voy a inaugurar.”

Ilustración para el boletín oficial del proyecto Pro-Huertas en las escuelas, del INTA.

Ilustración basada en el texto “Ventana sobre la palabra”, de Eduardo Galeano. Inédita.

“Esta ilustración la hice después de leer una noticia en el diario sobre una nueva ‘Moto Voladora’.” Inédita.

Ilustración libre: “Un sueño en que caminaba descalza sobre pasto.” Inédita.