Aprender de los niños
La historia de La Galera Encantada
por Silvina Friera
(Artículo extraído, con autorización de los editores, del diario Página/12; Buenos Aires, 5 de abril de 2003.)
La historia empezó con un joven artista itinerante que daba funciones en clubes barriales y hospitales en plena dictadura militar. Él y sus compinches improvisaban canciones y pequeños montajes de modo amateur. Pero las buenas intenciones de Héctor Presa, entretener a los chicos, dibujarles una sonrisa, chocaban con realidades más crueles. Las risas no tenían poder contra la desnutrición, por ejemplo. Así se lo hizo saber, sin medias tintas, la pedagoga Dora Sterman, al final de una función en la asociación S.A.B.E.R., en Villa Urquiza. Cuando por fin decidió que lo suyo fuese el teatro, Presa le propuso a Sterman formar un grupo dedicado en serio al público infantil, La Galera Encantada, que integrara a artistas de la plástica, la música, la actuación y la pedagogía, con la premisa de aprender para transmitir.
En 1978, en el Teatro de la Cortada, sobre la calle Venezuela (el mismo lugar en el que funcionó más tarde el mítico Parakultural), presentaron Musicando, primera obra de la agrupación. Desde entonces, mantuvieron una continuidad asombrosa, con más de setenta piezas estrenadas: Romance de trovadores, Una gotita traviesa, Piedra libre para mi ciudad, Juegos lo que se dice juegos, El hado de pistacho, Yo así no juego más, Romeo y Julieta o qué tenemos que ver con el amor, Canciones para mirar, Alicia, un país de maravillas, Historias con caricias, ¡¡¡Hola panza!!! y Pido Gancho, la historia de Carlitos y Violeta, entre otras.
El nacimiento de La Galera Encantada, que celebra sus veinticinco años, contiene los ingredientes imprescindibles de una fábula infantil. Porque Presa y Sterman, los héroes de este relato, fueron remando contra la corriente, en un viaje con destino incierto y escalas previas en distintas salas (el teatro Olimpia, el auditorio de la SHA, el teatro San Martín, entre otras). Como en toda aventura, estuvieron a punto de naufragar cuando se quedaron sin el teatro soñado, luego de alquilar durante diez años una sala en la calle Corrientes al 3600. Sin embargo, a pesar de los problemas económicos llegaron a un puerto seguro en 1997: la sala propia de la calle Humboldt, en Palermo, el primer espacio teatral del país destinado con exclusividad al teatro para niños y jóvenes.
"Me cuesta pensar cronológicamente. Cuando repito en voz alta que llevamos un cuarto de siglo, con setenta y dos obras estrenadas, me asusto un poco", dice Presa en la entrevista con Página/12. "A fines de los 70 estaban Hugo Midón, el grupo Catarsis, los títeres de Don Floresto, Ariel Bufano con su compañía de títeres (en el San Martín), Roberto Vega y nosotros", recuerda el actor, docente y director, que fue galardonado con un Konex de platino (en el 2001) por ser considerado una de las cinco figuras de la década en el teatro infantil y juvenil. También en el 2001, Pido Gancho recibió el Clown de Oro en el Festival Infantil de Necochea y el premio Argentores al mejor espectáculo del año.
¿En qué sentido cambió el público infantil?
En los 70, los chicos eran más inocentes. Lo que se acortó fue el período en donde la capacidad de asombro estaba a flor de piel. Los pibes, ahora, están tan informados que se asombran cada vez menos. Cuando realizamos giras por las provincias notamos muchísimo la diferencia. Esos pibes, en cierto punto, todavía están más vírgenes que los de Buenos Aires. En una sociedad en donde los chicos tienen un mayor conocimiento, el punto de mayor ruptura en el teatro infantil está dado por la temática y los textos.
¿Cómo trabajan para seducir a niños que tienen menos capacidad de asombro?
Hacemos hincapié en la puesta, cómo se resuelve, qué se cuenta y desde dónde. El segundo proyecto del año propone un héroe diferente. Es la historia de una narradora de cuentos que se encuentra con un niño autista que la está escuchando. Ella tiene que modificar toda la estructura del relato de Robinson Crusoe para poder llegar a él y jugar.
¿Esto significa que hay temáticas, como la muerte, que no se deben mostrar en una obra?
A pesar de que existen trabajos bien resueltos en un escenario, hay temas que pueden angustiar mucho a un chiquito. Un nene no puede ver Hamlet. Sin embargo, si tiene más de diez años no habría mayores problemas. Lamentablemente, más de un 60 por ciento de los que hacen teatro infantil no son serios para trabajar. He visto barbaridades arriba del escenario. Muchos actores tratan a los chicos como pelotudos. Seguramente, cuando ellos tengan hijos nunca les van a hablar de esa manera.
Un esfuerzo de muchos
La Galera Encantada fue consolidándose como un grupo especializado en teatro infantil gracias a la participación de actrices como Lili Lastra (también vestuarista), que ingresó en 1989, y, desde entonces, actuó en más de 40 espectáculos. Pero muchos otros nombres como los de Angel Mahler, que compone la música de las piezas, o Mecha Fernández, la responsable de las coreografías de más de 30 comedias musicales, son fundamentales para el grupo. A partir de 1996, una nueva generación de actores fue acompañando el crecimiento del proyecto: Gloria Sacristán, Matías Zarini, Silvana Prieto, Marcela Luzny, Javier Zurzolo, Walter Scaminazzi, Maite Garibaldi, Aníbal Dinaro y Alejandra Ballve, entre otros.
Silvina Friera es periodista de Página/12.
Los lectores que deseen saber más sobre Héctor Presa y el grupo La Galera Encantada pueden visitar la página web de la revista Planetario y leer la entrevista que se publicó en el N° 17 de mayo de 2001, en esta dirección: www.revistaplanetario.com.ar/archivo_planetario/entrevista17.htm
En la sección Eventos de Imaginaria publicamos la programación detallada (ficha técnica, síntesis argumental, recomendación de edad y horarios) de las obras que el grupo La Galera Encantada representará desde el mes de mayo de 2003 en el teatro La Galera (Humboldt 1591, Buenos Aires): www.imaginaria.com.ar/10/1/galera.htm.
Artículos relacionados:
Programacion del grupo teatral La Galera Encantada - Junio 2003