Concurso Latinoamericano de Ilustración IBBY "Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil (DILI) 2003"
ALIJA invita a los ilustradores a participar en el Concurso Latinoamericano de Ilustración IBBY "Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil (DILI) que convoca la Fundação Nacional do Livro Infantil e Juvenil (FNLIJ), sección brasileña de IBBY, de acuerdo a las siguientes bases:
La Fundação Nacional do Livro Infantil e Juvenil (FNLIJ), sección nacional de IBBY, convoca al Concurso IBBY-DILI Latinoamericano de Ilustración, para seleccionar una ilustración que acompañe el texto de Ana Maria Machado, escritora brasileña, ganadora del Premio Hans Christian Andersen 2000, preparado especialmente para el Día Internacional del Libro Infantil (DILI) 2003, que se celebrará el 2 de abril de 2003.
El texto y la ilustración serán enviados en un póster y una carpeta a las 64 secciones nacionales de IBBY por la FNLIJ. Posteriormente, las secciones se encargarán de difundir el mensaje y la ilustración. El DILI es una actividad que organiza anualmente el IBBY, encargando a una sección nacional la selección de un autor y un ilustrador para crear el mensaje. Luego, dicha sección de IBBY envía el mensaje en inglés a todas las secciones y cada una de ellas se encarga de traducirlo a su idioma. En 1984, Brasil tuvo a su cargo la producción del mensaje. En esa oportunidad, Lygia Bojunga fue la autora del texto, Angela Lago de la ilustración y la FNLIJ preparó y distribuyó el póster.
Reglamento de Concurso IBBY-DILI Latinoamericano de Ilustración
-
Podrán participar todos los ilustradores latinoamericanos y caribeños residentes en países de América Latina y el Caribe.
-
Los participantes deben crear una ilustración para el texto de Ana Maria Machado (que se reproduce más abajo), ganadora del Premio Hans Christian Andersen 2000, dedicado al Día Internacional del Libro Infantil de 2003.
-
La ilustración estará destinada al público infantil. No es necesario que el ilustrador tenga libros publicados.
-
Sólo se aceptará una ilustración por artista y solamente en formato original, con los datos necesarios para su identificacion:
-
Nombre del artista
-
Dirección
-
Teléfono
-
Email
-
La obra podrá realizarse en cualquier técnica, en formato de póster con medidas 60 cm X 40 cm.
-
La FNLIJ, Sección Brasileña de IBBY, convocará a un jurado brasileño para seleccionar las obras finalistas, entre las que se premiará una para realizar el mensaje del DILI 2003.
-
La ilustración premiada no será devuelta y pasará a formar parte de una muestra de ilustraciones organizada por la FNLIJ.
-
Los gastos de envío, así como el seguro de transporte, correrán por cuenta de los participantes.
-
Fecha límite para la entrega de trabajos en la sede de la FNLIJ de Río de Janeiro: 8 de marzo de 2002. (Para ilustradores brasileños)
-
Los resultados se darán a conocer en abril de 2002.
-
Las obras de los países latinoamericanos y caribeños deben ser enviadas por las respectivas secciones nacionales de IBBY, que serán responsables por la preselección en cada país del material que se remita a la FNLIJ. (Ver listado de Secciones Latinoamericanas de IBBY)
-
Las obras finalistas quedarán en poder de la FNLIJ e integrarán una exposición y un catálogo y no se abonará suma alguna en concepto de derechos de autor.
-
Las obras de artistas brasileños serán devueltas por la FNLIJ al finalizar el proceso de selección. Las obras de los otros países se enviarán a las respectivas secciones nacionales para ser entregadas a los artistas.
-
El hecho de inscribir una obra en el Concurso presupone la aceptación por parte del ilustrador de las condiciones especificadas en el presente reglamento.
-
El texto de Ana Maria Machado se encuentra a disposición de los interesados en la FNLIJ.
Fundação Nacional do Livro Infantil e Juvenil
Seção Brasileira do IBBY
Rua da imprensa, 16 sala 1215
20030-120 - Rio de Janeiro RJ - Brasil
Tel: (55) 21 22629130
Fax: (55) 21 22406649
Email: fnlij@fnlij.org.br
Página web: http://www.fnlij.org.br
Secciones Latinoamericanas de IBBY
Argentina:
Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina (ALIJA)
Casilla de Correo 2995
Correo Central
(1000) Buenos Aires
Email: asienlatierra@yahoo.com.ar / asalvi1@infovia.com.ar
Bolivia:
Casilla 5240
Cochabamba
Email: gabyvall@supernet.com.bo
Chile:
Paseo Las Palmas 2209, Local 047
Providencia
Santiago de Chile
Email: vpcarvaj@ctcreuna.cl
Colombia:
Fundalectura
Apartado 048902
Av. (Calle) 40 # 16-46
Bogotá
Email: fundalectura@cable.net.co
Costa Rica:
Instituto de Literatura Infantil y Juvenil
Apartado 201-1100 Tibás
Cuba:
Calle 15 No. 604 esq. A C
Vedado La Habana
Email: emyga@cubarte.cult.cu
México:
Asociación Mexicana para el Fomento del Libro Infantil y Juvenil, A.C.
Parque España 13 A
Col.Condesa C.P. 06140
México, D.F.
Email: ibbymex@df1.telmex.net.mx
Perú:
Centro de Documentación e Información de Literatura Infantil
Av. Paseo de la República 6065
Miraflores
Lima 18
Email: scueto@grade.com.pe
Uruguay:
Joaquín Requena 967 / 402
11200 Montevideo
Email: libruras@adinet.com.uy
Venezuela:
Banco del Libro/ Ediciones Ekaré
Av. Luis Roche, Edif. Banco del Libro
Altamira Sur
Caracas 1010-A
Email: centrodeestudios@bancodellibro.org.ve
Texto de Ana María Machado para el Concurso IBBY-DILI Latinoamericano de Ilustración 2003 (Versión en portugués y en castellano)
Livros: uma rede de casas encantadas
por Ana Maria Machado
Eu era pequena, não sei bem que idade tinha...
Só sei que tinha altura suficiente para que ficar de pé em frente `a escrivaninha de meu pai, apoiar nela os braços e, sobre eles, o queixo. Bem grande, diante de meus olhos, ficava uma estatueta de bronze: um cavaleiro magro de lança na mão, montado num cavalo esquelético, seguido por um burrico onde ia encarapitado um sujeito gorducho que segurava um chapéu na ponta do braço estendido, como quem dá vivas.
Respondendo a minha pergunta, meu pai me apresentou os dois:
Dom Quixote e Sancho Pança.
Quis saber quem eram, onde moravam. Aprendi que eram espanhóis e moravam há séculos numa casa encantada: um livro. Em seguida, meu pai interrompeu o que estava fazendo, foi até a prateleira, pegou um livrão e começou a me mostrar as figuras e contar a história daqueles dois. Numa das ilustrações, Dom Quixote estava cercado de livros.
¿E dentro desses aí, quem mora? quis saber.
Pela resposta, comecei a perceber que havia livro de todo tipo e dentro deles morava o infinito. A partir daí, pelas mãos de meus pais, fui conhecendo alguns deles, como Robinson Crusoe em sua ilha, Gulliver em Lilliput, Robin Hood em sua floresta. E descobri que as fadas, princesas, gigantes e gênios,reis e bruxas, os três porquinhos e os sete cabritinhos, os patinhos feios e os lobos maus, todos os meus velhos conhecidos das histórias que eu ouvia , também moravam em livros.
Quando aprendi a ler, quem passou a morar nos livros fui eu. Conheci personagens de contos populares do mundo inteiro, em coleções que me fizeram percorrer da China `a Irlanda, da Russia`a Grécia. Me embrenhei de tal maneira nos livros de Monteiro Lobato, que posso dizer que me mudei para o sítio do Picapau Amarelo, era lá que eu vivia. Era um território livre e sem fronteiras.
Com a mesma facilidade pude morar no Mississipi com Tom e Huck, cavalguei pela França com D'Artagnan, me perdi no mercado de Bagdá com Aladim, voei para a Terra do Nunca com Peter Pan, sobrevoei a Suécia montado num ganso com Nils, me meti pela toca de um coelho com Alice, fui engolida por uma baleia com Pinóquio, persegui Moby Dick com o capitão Ahab, naveguei pelos mares com o Capitão Blood, procurei tesouros com Long John Silver, dei a volta ao mundo com Phileas Fogg, fiquei muito tempo na China com Marco Polo, vivi na Africa com Tarzan, no alto das montanhas com Heidi e numa casinha na campina com a familia Ingall, fui menina de rua em Londres com Oliver Twist e em Paris com Cosette e os miseráveis, escapei de um incêndio com Jane Eyre, fui `a escola de Cuore con Enrico e Garrone, segui um santo homem na India com Kim, sonhei em ser escritora com minha querida Jo Marsh, fiz parte dos Capitães da Areia com Pedro Bala pelas ladeiras da Bahia e a partir daí fui cada vez mais lendo livros de gente grande.
Assim mesmo. Sem fronteiras geograficas nem faixa etaria. Tudo comunicando de um lado para outro, numa rede de casas encantadas.
Até que de tantos mundos, fui fazendo os meus. E comecei a dividir com os outros, nos livros que faço, tudo o que mora dentro de mim...
Libros: una red de casas encantadas
por Ana Maria Machado
Yo era chica, pero no recuerdo exactamente qué edad tenía...
Sólo sé que era lo suficientemente alta como para estar de pie frente al escritorio de mi padre, apoyar los brazos encima y colocar el mentón sobre las manos. Frente a mis ojos, bien grande, había una estatuilla de bronce: un caballero muy delgado con una lanza en la mano y montado en un caballo esquelético, seguido por un burrito que cargaba a un hombrecito gordinflon con el brazo extendido y dando vivas con el sombrero.
En respuesta a mi pregunta, mi padre me los presentó:
Don Quijote y Sancho Panza.
Quise saber quiénes eran y dónde vivían. Me enteré que eran españoles y que durante siglos habían vivido en una casa encantada: un libro. Luego mi padre interrumpió su trabajo, tomó un libro enorme de la biblioteca y comenzó a mostrarme las ilustraciones mientras me contaba las aventuras de esas dos personas. En una de las ilustraciones aparecía Don Quijote rodeado de libros.
¿Y quién vive dentro de esos libros? pregunté.
De la respuesta de mi padre, comprendí que existían toda clase de libros y dentro de ellos, existían infinitas vidas. A partir de ese momento, de la mano de mis padres, empecé a conocer algunas, como las de Robinson Crusoe en su isla, Gulliver en Liliput y Robin Hood en su bosque. Luego descubrí que las princesas y las hadas, los gigantes y los genios, los reyes y las brujas, los tres chanchitos y los siete cabritos, el patito feo y el lobo feroz, todos mis viejos conocidos de los cuentos de hadas que solía escuchar, también habitaban en libros.
Cuando aprendí a leer, fui yo quien pasó a vivir en los libros. Conocí a personajes de cuentos populares de todo el mundo en colecciones que me llevaron de viaje desde China a Irlanda, desde Rusia a Grecia. Me sumergí tanto en los libros de Monteiro Lobato que podría decir que me había mudado a la Quinta del Benteveo Amarillo y que me había quedado allí. Era un territorio libre, sin fronteras.
Con la misma facilidad pude vivir en el Mississipi con Tom y Huck, cabalgué por Francia junto a D'Artagnan, me perdí en el mercado de Bagdad con Aladino, volé a la Tierra de Nunca Jamás con Peter Pan, sobrevolé Suecia montada en un ganso con Nils, me metí por una conejera con Alicia, fui devorada por una ballena como Pinocho, perseguí a Moby Dick con el capitán Ahab, navegué por los mares con el Capitán Blood, busqué tesoros con Long John Silver, di la vuelta al mundo con Phileas Fogg, me quedé muchos años en China con Marco Polo, viví en Africa con Tarzan, en la cima de una montaña con Heidi y en una casita de la pradera con la familia Ingalls, fui una chica de la calle con Oliver Twist en Londres y con Cosette y los miserables en Paris, escapé de un incendio con Jane Eyre, fui a la escuela de Corazón con Enrico y Garrone, seguí a un santo varón en la India con Kim, soñé con ser escritora igual que mi querida Jo March, formé parte de los Capitanes de la Arena con Pedro Bala en las laderas de Bahia y a partir de entonces cada vez fui leyendo más libros para personas grandes.
Así de simple. Sin fronteras geográficas ni franja etaria. Sólo yendo de un lado a otro, todo vinculado en una red de casas encantadas.
Hasta que, con tantos mundos, fui construyendo los míos. Y comencé a compartir con otras personas, en los libros que escribo, todo aquello que vive dentro de mí...
Artículos relacionados: