30 | BOLETÍN DE A.L.I.J.A. (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina) | 26 de julio de 2000

Maldita paradoja
(Carta de Elisa Boland, Presidenta de A.L.I.J.A.)

A los socios y miembros de A.L.I.J.A.:

Después de tres años de gestión a cargo de la Presidencia de Alija quiero hacer público cuál es el estado en que se encuentra la Asociación en este momento.

Alija es una asociación civil sin fines de lucro, se sostiene básicamente con el aporte de la cuota de sus socios. Dentro de sus posibilidades, brinda la información que las personas vinculadas al campo requieren, aunque no siempre lo hace directamente, "como un servicio al cliente". A veces hay acciones menos visibles, pero que igualmente nos atañen y nos benefician a todos, aunque sea a largo plazo. Cumple con el propósito de difundir la mejor literatura para niños y jóvenes dentro y fuera del país y acompañar actividades de promoción de la lectura.

Este año acaba de cumplir 15 años, y desde el momento en que nos hicimos cargo de la conducción logramos mantener su prestigioso lugar dentro de las instituciones vinculadas al campo de la literatura infantil y juvenil de la Argentina.

Hemos logrado aumentar los contactos con el exterior y de hecho lo hemos logrado favorablemente. Desde 1997 estamos trabajando para colaborar en la organización del 27º Congreso de IBBY de septiembre (elaboración del Catálogo de Autores e Ilustradores, participación en encuentros y seminarios, colaboración en publicaciones, envíos de libros argentinos, convocatoria a premios).

Volvimos a concretar un espacio para la sede, a través del convenio con la Dirección de Bibliotecas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que nos lleva a colaborar con actividades y asesoramiento. También, establecimos relaciones con distintos organismos del país, con algunos de los cuales trabajamos en común: Fundación El Libro, Fondo Nacional de las Artes (solicitamos y recibimos un subsidio para compra de libros), CONABIP (convenio de capacitación de bibliotecarios en animación a la lectura), Unión Latina (convocatoria al concurso "Terminemos el cuento" para jóvenes y coedición del libro con los textos premiados), Embajada de Francia (gestiones para la presencia en la Argentina de Geneviève Patte y de Michèle Petit), editoriales, medios de comunicación.

Contamos con un stand en cada Feria del Libro, que es el lugar y el tiempo para darnos a conocer, informar a la gente y conectarnos más directamente con los socios, llevando a cabo actividades en canje para obtener ese espacio sin costo. En el marco de la misma Feria hemos coorganizado eventos tales como las Jornadas para Docentes y Bibliotecarios durante tres años consecutivos desde 1997, convocando a importantes invitados del país y del exterior, y los Encuentros Internacionales de Narradores. Además, en el stand hacemos un trabajo muy propio como la exposición y venta de materiales y publicaciones, seleccionados, que no se ofrecen en otros lugares.

Todo esto sumado a las tareas tradicionales de publicación del Boletín cuatrimestral Benjamín, la convocatoria anual al Jurado para la elección de "Los Destacados de ALIJA", y la preparación y gestión del envío del material de los candidatos al Premio Andersen del IBBY, cada dos años.

Y, por supuesto, todo aquello menos visible, más rutinario pero impostergable, como las tareas de tesorería, trámites administrativos en general (en el interior de la asociación y hacia otras entidades), o responder a la correspondencia, cada vez más numerosa. Sólo en este primer semestre se realizaron más de 550 envíos, entre cartas, emails, fax y envío de publicaciones que nos solicitaron de distintos lugares del país (Córdoba, Villa Gesell, Rosario, Viedma, Mar del Plata, Tucumán, Salta, Bariloche, entre otros destinos, que conocen la existencia de ALIJA).

Cuando comenzamos tuvimos en nuestro pensamiento realizar numerosos y mayores proyectos, tales como la organización de seminarios permanentes de formación en Literatura Infantil y Juvenil o brindar asesoramiento legal a los autores, por ejemplo, o poder obtener un subsidio para pagar la cuota anual de IBBY (U$S 1.800 por año), o contratar a una persona que realizara las tareas administrativas y atendiera al público varios días a la semana en la sede, pero esto último sólo pudo sostenerse algo más de un año y el subsidio no se concretó.

Lo que le está sucediendo a ALIJA en este momento no es ajeno a lo que está ocurriendo en el país. ALIJA es reconocida y consultada por instituciones oficiales y privadas, pero nadie puede dar una ayuda económica para su sostenimiento, y el crecimiento y demanda de estos últimos tiempos, nos exige mayor dedicación para responder a las solicitudes de todo orden.

Resulta contradictorio, pero, y a pesar de todo, nunca hemos estado mejor: administración al día (con deudas, pero encaminado su pago), correspondencia respondida, presencia en distintos eventos, asesoramiento, organización del Congreso IBBY, colaboraciones para distintas publicaciones (Revista Latinoamericana, La Mancha, Bookbird, Boletín Imaginaria, Planetario), presencia en los medios de comunicación (La Nación, revista Nueva, diarios del interior del país y programas de radio). Sin embargo, la estructura de la Comisión Directiva no nos permite responder equitativamente a tanto trabajo. No poder contratar a un empleado obliga a que debamos responder a una enorme tarea y como en este momento para cada uno de los integrantes se hace muy difícil destinar más tiempo a ALIJA (razones económicas, laborales, de distancia, familiares, etc.), el trabajo recae desequilibradamente sobre los miembros de la Comisión y a veces resulta agobiante.

En lo personal, me comprometo a continuar y llevar a cabo todas las tareas hasta la 11ª. Feria del Libro Infantil y juvenil y todo lo que atañe al 27º Congreso de IBBY de septiembre del 2000.

Esta gestión culmina en agosto del año 2001. En agosto de este año cumplimos la primera etapa de esta segunda gestión que presido y será una fecha clave para darnos cuenta si podemos y si debemos continuar. Podremos continuar si logramos renovar nuestro compromiso y alcanzar los recursos económicos y humanos que necesitamos para seguir y completar los objetivos que nos planteamos en el comienzo. Los proyectos, las ideas, y la capacidad de trabajo, sin duda, están, como la convicción de que no cualquier origen de los fondos será beneficioso para mantener a salvo nuestra libertad de trabajo e independencia. Quizá alguien más avezado, pero sin traicionar los principios de ALIJA, pueda negociar mejor con las reglas imperantes.

Ojalá, es mi mayor deseo, que en agosto, cuando se cumpla el primer tramo de la segunda gestión, podamos encontrar la salida que necesitamos, porque —paradójicamente— nunca estuvimos mejor, pero este estado reclama mayores exigencias para su sostenimiento, porque ALIJA merece que respondamos.

Agradezco a los colaboradores más cercanos, dentro y fuera de la Comisión. A los que me acompañaron en una etapa "fundacional" y a los que se acercaron después con entusiasmo y compromiso para poder continuar trabajando cada día hasta hoy.

Elisa Boland

Buenos Aires, julio de 2000


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