¿Qué crees?
Mem Fox
Ilustraciones de Vivienne Goodman.
Traducción de Diana Luz Sánchez.
México, Fondo de Cultura Económica, 1999.
Colección Los especiales de A la orilla del viento.
Alguien que espía desde la portada y el sugestivo título invitan a indagar de qué se trata.
Ya en el interior del libro, la vista panorámica de una pradera, matizada con pequeños árboles y un cielo salpicado con nubes, ofician de marco a una solitaria y perdida casita de madera.
"Lejos de aquí vive una dama muy rara que se llama Sara Malacara."
Damos vuelta la hoja. A la izquierda, en página par, la misma pradera, el mismo cielo y ahora un camino de tierra que desemboca en la casa. Nos sale al paso —cual perro guardián— un desafiante lagarto.
La imagen que vemos (y así será durante todo el libro) es un deslumbrante fresco hiperrealista, casi fotográfico. A la derecha, en página impar, sólo dos preguntas como texto:
"¿Es alta?
"¿Tu qué crees?"
Volteamos nuevamente la hoja. Se nos presenta una mujer durmiendo, la adivinamos altísima pues sus pies sobresalen escapando de la cama. Un extraño ambiente la rodea. Sobre las sábanas blancas la acompañan un zorro, una serpiente, arañas; y también lo cotidiano: una bandeja con el desayuno, la bolsa de goma para el agua caliente, una liebre de peluche, ¡una tostadora eléctrica! Y a la derecha nuevamente un texto muy breve, que contesta a la pregunta de la página anterior:
"¡Sí lo es!"
y luego vuelve a preguntar:
"¿Es delgada?
"¿Tú qué crees?"
Volteamos la página y... (no se asuste el lector, que ya no contaremos más). Una nueva ilustración, tan maravillosa como las anteriores y un nuevo texto —mínimo como los precedentes— responderán a la pregunta y plantearán otro interrogante con el personaje.
A esta altura, el lector ya no podrá escapar al encanto de esta obra y continuará, gustoso, hasta el final.
Y todo el relato será eso: tres líneas de texto que presentarán la ilustración a la vez que propondrán un nuevo enigma para seguir adelante. Esa minimalidad textual, rodeada del blanco de la página, contrasta y se balancea en armonía con la exuberancia y profusión en detalles de la ilustración que la acompaña. El conjunto —texto e imagen— logra la coherencia perfecta y le da validez a la estructura encadenada del libro propuesta por las autoras.
Aseguramos que el lector no se arrepentirá y pasará horas releyendo y descubriendo detalles y guiños hábilmente sembrados por la ilustradora.
¿Y qué decir de la protagonista? Excéntrica al comienzo; ridícula, grotesca e inquietante durante el desarrollo, y decididamente entrañable al final.
¿Qué crees? es un libro que pasará con éxito la prueba del lector cuando lo hojee (y ojee) en la mesa de la librería y ahí —justamente— está la trampa, el señuelo. Ese lector ocasional difícilmente podrá dejar la librería sin llevarlo bajo el brazo.
Recomendado a partir de los 5 años y —por qué no— para adultos que quieren hacer (y hacerse) un buen regalo.
Roberto Sotelo
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